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Represión y evacuaciones en Libia


Médicos voluntarios libios pasan frente a la corte de Benghazi, tratando de atender a las personas heridas.
Médicos voluntarios libios pasan frente a la corte de Benghazi, tratando de atender a las personas heridas.

La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, Ileana Ros-Lehtinen, pidió nuevas sanciones.

Libia amaneció divida este miércoles 23 de febrero de 2011, con las fuerzas leales al líder libio Moammar Gadhafi, aplicando más represión en la capital, Trípoli, mientras fuerzas opuestas a su gobierno consolidaron el control sobre casi toda la mitad este del país y conquistan la ciudad de Misurata en el oeste de Libia, con lo cual comienzan a asediar a Gadhafi.

Por su parte, en Roma el canciller italiano, Franco Frattini annunció que una rebelión se hizo con el control de la provincia de Cirenaica en el este de Libia. "Cirenaica no está más bajo el control del gobierno libio y hay enfrentamientos y violencia en todo el país", dijo Frattini, quien pidió que cese inmediatamente "el horrible baño de sangre" que el "gobierno de Kadhafi ha anunciado y continúa haciendo".

Mientras tanto, las autoridades estadounidenses contrataron un ferry este miércoles 23 de febrero de 2011, para evacuar a estadounidenses de Trípoli, la capital libia, en primer lugar hacia el puerto de Malta.

La secretaria de Estado Hillary Clinton expresó preocupación por la seguridad de los diplomáticos estadounidenses y otros ciudadanos en Libia, indicando que su bien estar es la más alta prioridad.

Legisladores estadounidenses exhortaron al gobierno del presidente Barack Obama a que responda más enérgicamente a la mortal represión en Libia contra manifestantes anti gubernamentales.

Incluso algunos representantes pidieron sanciones de Estados Unidos y otros exhortaron al establecimiento de una zona de exclusión de vuelos sobre el estado del norte de África.

El senador demócrata John Kerry dijo que la Casa Blanca debería considerar reimponer sanciones que fueron suspendidas por el presidente George W. Bush, después que el líder libio Moammar Gadhafi renunciara a las armas de destrucción masiva en 2003.

Kerry también exhortó a las compañías energéticas estadounidenses y extranjeras a que detengan inmediatamente su trabajo en Libia hasta que termine lo que llamó cobardes ataques contra civiles.

La presidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, la republicana Ileana Ros-Lehtinen, también pidió la imposición de nuevas sanciones, incluyendo el congelamiento de bienes y prohibición de viaje a funcionarios libios.

El senador republicano John McCain y el senador independiente Joe Lieberman exhortaron al gobierno del presidente Obama a que ayude a crear una zona de exclusión de vuelos sobre Libia para impedir que los militares libios lleven a cabo ataques aéreos a civiles.

Funcionarios del gobierno estadounidense no mencionaron ninguna medida específica contra Libia ni se refirieron a Gadhafi por su nombre en comentarios públicos realizados el martes 22 de febrero de 2011.

En cambio, los voceros reiteraron sus críticas al gobierno libio por los ataques contra los manifestantes y dijeron que Washington está trabajando con otras naciones para decidir una respuesta.

Más represión

Precisamente, este miércoles temprano, una violenta represión obligó a los manifestantes a retirarse de las calles de Trípoli, y los residentes describieron escenas de tiroteos y cadáveres dispersos en las calles.

Tiroteos intensos se produjeron en Trípoli cuando fuerzas leales a Gadhafi abrieron fuego en las calles, al día siguiente de una convocatoria del gobernnate a reprimir las protestas contra su gobierno.

El coronel Gadhafi afirmó durante un discurso televisado emitido el martes 22 de febrero, que “voy a pagar el precio de permanecer aquí. Mi abuelo es Abdessalam Bouminyar, y fue el primer mártir en Khoms, en la primera batalla en 1911. No puedo avergonzar a este gran ancestro. No puedo dejar la tumba de mi abuelo en Marghab. Debo morir como mártir a su lado al final”, dijo en tono trágico.

Después del discurso, miles de sus seguidores convergieron en la Plaza Green en el centro de Trípoli, usando pañuelos verdes y portando grandes machetes. Residentes dijeron que ningún manifestante anti gubernamental se aventuró de sus casas después del anochecer.

Residentes de Trípoli describieron un ataque de milicianos pro Gadhafi, a los que definieron como una mezcla de mercenarios libios y extranjeros, que baleaban a cualquier persona en las calles mientras se desplazaban en vehículos.

Al menos 640 personas han muerto en Libia desde el inicio de las protestas contra el régimen de Muamar Kadhafi, más del doble del balance oficial de 300 muertos, anuncia en París la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).

Condena del Consejo de Seguridad

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), presidido por la brasileña María Luiza Ribeiro Viotti, condenó la represión.

“Los miembros del Consejo de Seguridad expresaron gran preocupación por la situación en Libia. Condenaron la violencia y el uso de la fuerza contra civiles, deploraron la represión contra manifestantes pacíficos y lamentaron profundamente la muerte de cientos de civiles” dijo la comisionada.

La representante también dijo que los miembros del Consejo de Seguridad “pidieron un inmediato fin de la violencia y medidas para atender las legítimas demandas de la población, incluyendo un diálogo nacional”.

Human Rights Watch dijo que recibió informes de por lo menos 62 muertes en Trípoli desde el domingo, además de su previa cifra de 233 muertos, la mayoría en las provincias del este del país. Grupos de oposición dicen que el número de muertos es mucho más alto.

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