El líder del Partido Comunista de Cuba y expresidente de la isla nación, Raúl Castro, dijo el miércoles (10 de abril) que Cuba nunca abandonará a su aliado izquierdista Venezuela a pesar del "chantaje" de Estados Unidos, incluso cuando el gobierno de Trump amenazó con más sanciones por su apoyo.
En un discurso ante la asamblea nacional, reunida para promulgar la nueva constitución, Castro dijo que Cuba había estado mejorando la preparación para la defensa en los últimos meses en vista del aumento de la hostilidad de EE.UU.
La nación isleña también había estado adoptando medidas económicas para lidiar con el endurecimiento por parte de la administración de Trump del embargo comercial estadounidense de décadas de antigüedad, dijo Castro a los legisladores.
"Se adoptaron un grupo de decisiones para encauzar el desempeño de la economía, y resistir y vencer los nuevos obstáculos que nos impone el recrudecimiento del cerco económico y financiero sin renunciar a los programas de desarrollo que están en marcha", agregó el expresidente cubano, que advirtió que hay que prepararse para afrontar una crisis económica y un desabasto derivados del incremento de la hostilidad estadounidense hacia la isla y a su aliada Venezuela, aunque al mismo tiempo aclaró que no se llegaría a una situación tan crítica como la vivida en los años 90.
"Es necesario que estemos alerta y conscientes de que enfrentamos problemas adicionales, y que la situación podría agravarse en los próximos meses", añadió el exgobernante.
El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, dijo el miércoles al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que Estados Unidos anunciará una acción adicional para responsabilizar a Cuba por su apoyo al presidente venezolano Nicolás Maduro.
La promulgación de la nueva constitución permite al gobierno de Cuba lanzar una reforma modesta de su sistema de partido único planificado centralmente, con docenas de leyes previstas en todo, desde el sistema de justicia hasta las estructuras políticas.
Muchos observadores tienen la esperanza de que el gobierno abra la economía estatal aún ineficiente de Cuba para promover la libre empresa con una ley que reconozca a las empresas privadas, no solo al autoempleo, aunque no esperan que esté entre las primeras leyes que aborda. Eso podría dar un impulso a una economía que ha tenido que lidiar con la disminución de la ayuda de Venezuela y la consiguiente escasez de efectivo en los últimos tres años, lo que llevó al gobierno a introducir medidas de austeridad.
Los cubanos ratificaron abrumadoramente la nueva constitución en un referéndum de febrero después de un año de debate, actualizando su Carta Magna de la era soviética de 1976. Si bien mantiene el socialismo como "irrevocable", codifica los cambios en la sociedad cubana desde 1991, como la apertura de la economía a la libre empresa, e incluye una reestructuración política entre otros cambios.
La constitución estipula que la asamblea nacional debe aprobar una nueva ley electoral que refleje la reestructuración del gobierno dentro de seis meses. Dentro de los siguientes tres meses, debe elegir un presidente, que se espera que siga siendo Miguel Díaz-Canel, quien sucedió a Castro en abril pasado. Ese presidente debe entonces nombrar gobernadores provinciales y un primer ministro, un nuevo puesto que separa el rol de jefe de estado de jefe de gobierno.
La Carta Magna estipula que dentro de 18 meses, también se deben introducir nuevas leyes que reflejen cambios constitucionales en el sistema judicial, como la presunción de inocencia en casos criminales y habeas corpus. El proceso de una consulta popular y un referéndum sobre un nuevo código de familia, que tratará el tema controvertido del matrimonio gay, también debe iniciarse dentro de dos años.
Con información de AP y Reuters