En el primer mes y medio de 2023, Estados Unidos experimentó 72 tiroteos masivos que dejaron 2.237 muertos, según el Archivo de Violencia por Armas (GVA en inglés). Algunos de los más recientes ocurrieron en la Universidad Estatal de Michigan, donde tres estudiantes murieron y cinco resultados heridos, y en un centro comercial de El Paso, Texas, donde murió un hombre y al menos se reportaron tres heridos.
La violencia armada en Estados Unidos constituye un caso anómalo entre los países más ricos y desarrollados, señala la organización Amnistía Internacional, la cual también subraya que en todos los estados del país es legal portar armas de fuego ocultas en público.
A lo largo de los años, demócratas y republicanos se han enfrascado en un extenso debate sobre la regulación de las armas. Mientras los demócratas suelen abogar por imponer restricciones en la materia, los republicanos son partidarios de una mayor libertad respecto a la fabricación, distribución y porte de armas.
Un derecho blindado por la Constitución:
“Por ser necesaria para la seguridad de un Estado libre una milicia bien regulada, no se restringirá el derecho del pueblo a poseer y portar armas” defiende la segunda enmienda de la Constitución, ratificada el 15 de diciembre de 1791.
Precisamente esta es “una restricción importante para el control de armas”, explicó a la Voz de América el experto en la Constitución estadounidense y profesor de la Universidad de Los Ángeles en California (UCLA), Eugene Volokh, quien además señaló que la “principal limitación es política”:
“No hay un gran sentimiento político para apoyar, al menos, las formas más severas de control de armas. Hay un sentimiento de control relativamente modesto aquí y allá, pero una prohibición total sobre las armas violaría la segunda enmienda” .
George W. Bush (2001-2009)
Durante su primer año en la Casa Blanca, en 2001, el presidente republicano George W. Bush, creó el “Proyecto vecindarios seguros”, un programa que, según anunció su administración, tenía como objetivo “coordinar fuerzas del orden federales, estatales y locales para acabar con los delitos cometidos con armas de fuego”. Su gobierno lo definió como “un éxito”.
Más tarde, en 2005, el presidente Bush firmó una ley federal que garantizaba inmunidad ante acciones de responsabilidad civil contra fabricantes, distribuidores, comerciantes o importadores de armas de fuego o municiones por el mal uso que pudieran tener sus productos. Una decisión que no fue bien recibida por gran parte de los demócratas y, sobre todo, por los familiares de las víctimas de la violencia armada.
Sin embargo, Debbie Mucarsel-Powell, excongresista y asesora sénior del Centro Giffords, una institución que lucha por el control de armas, considera que esa exención no es “completa ni absoluta”.
“Justamente el año pasado vimos que nueve familias que fueron víctimas del tiroteo de Sandy Hook, en el 2012, ganaron una demanda en contra de los fabricantes de armas (…) Así que no es absoluta y abrió la puerta para que otras víctimas de la violencia armada puedan utilizar este tipo de recursos para tener su día en la corte. Es la única industria en el país que tiene esa protección”, comentó a la VOA.
En el año 2007 tuvo lugar el que ha sido calificado como uno de los peores ataques perpetrados en una universidad estadounidense: El tiroteo en Virginia Tech, en el que fallecieron 32 personas.
Como respuesta al tiroteo, el expresidente Bush presentó una propuesta de ley a través de la cual se pretendía mejorar el sistema de verificación de antecedentes penales previo a la compra de armas.
Además, durante el mismo mandato expiró un veto implementado en 1994 por el entonces presidente Bill Clinton que prohibía la fabricación y venta de determinadas armas de asalto. Volohk destaco que, después que la prohibición viera la luz, Clinton perdió la mayoría en el Congreso:
"Desde entonces la creencia en el Congreso era que las leyes de control de armas, probablemente, no eran una idea particularmente popular políticamente hablando. Pero, en general, los que se oponen a las leyes de control de armas, las rechazan firmemente, y aquellos que las apoyan, las defienden débilmente. Así que, como resultado, no es una baza política".
Por otro lado, Mucarsel-Powell señaló que, durante la prohibición, la tasa de homicidios debido a rifles de alta capacidad bajó al 70 %. “Lo que sabemos que estas armas han sido utilizadas después del 2004, después que expiró esa ley. Han sido las armas preferidas de criminales en este país para llevar a cabo atentados de tiroteos masivos señala la ex congresista”.
A pesar de numerosos esfuerzos por parte de activistas y grupos políticos, la ley sigue estancada desde 2004.
“No ha habido en las últimas administraciones un espíritu de consenso y de negociación”, recalca en declaraciones a la VOA el experto en relaciones internacionales Eduardo Pacheco.
Barack Obama (2009-2017)
En 2009 Barack Obama llegó a la Casa Blanca. Durante su primer mandato, analistas coinciden en que el control de armas no fue una de las prioridades de su administración. Incluso, aprobó una controvertida ley federal que permitía llevar armas a parques y refugios nacionales.
Después del tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook, en el que murieron 6 adultos y 20 niños, el expresidente Obama firmó 23 acciones ejecutivas relacionadas con el control de armas, aunque la Casa Blanca afirmó que los “cambios más importantes” dependían del Congreso.
“Hubo mucha orden ejecutiva pero las órdenes ejecutivas lamentablemente se quedan muy limitadas”, observó Guillermo Pacheco, director de Asuntos Internacionales en el Security College, quien destacó que los decretos “expiran muy rápido”. “Aunque haya sacado 25, 30 o 50 siempre la lucha se queda muy corta por el alcance que estas tienen”.
La Cámara de Representantes, en ese entonces en manos de los republicanos, no aprobó las peticiones hechas por los demócratas, entre las que se incluían
En 2016 tuvo lugar un tiroteo en una discoteca LQTBQ+ de Orlando, Florida. Murieron 49 personas y decenas resultaron heridas. Tras el suceso, Obama volvió a presionar al Congreso, pero no se logró aprobar ninguna medida.
Por otro lado, el expresidente demócrata criticó en reiteradas ocasiones al lobby de las armas, especialmente a la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés), uno de los principales patrocinadores del Partido Republicano.
Donald J. Trump (2017-2021):
En 2017 el republicano Donald Trump llegó a la Casa Blanca. Su administración revirtió la norma firmada por Obama para que las personas con problemas mentales tuvieran un mayor escrutinio en sus antecedentes en el momento de comprar un arma.
Durante esta administración republicana, hubo mucha presión social, sobre todo después del tiroteo ocurrido en una escuela secundaria en Parkland, Florida, donde 17 personas perdieron la vida.
A pesar de defender el derecho a portar armas y tener una estrecha relación con la Asociación Nacional del Rifle, Trump prohibió los aceleradores de disparo, mecanismo que usó un hombre para disparar a los asistentes de un concierto en Las Vegas en 2017, donde murieron 58 personas. Una medida que descrita como “mínima” por la experta Mucarsel-Powell:
“Hemos visto que ahora personas pueden comprar partes por internet y redes sociales para crear sus propias armas en casa. Es sumamente peligroso porque no son armas registradas y muchas veces no son detectables”
Joe Biden (2021)
Y en junio de 2022, con la actual administración de Joe Biden, el Senado aprobó una histórica ley de control de armas. La medida, que contó con apoyo bipartidista, incluye una mejora en la revisión de antecedentes e inversiones para recursos de salud mental y para la seguridad en las escuelas.
Y recientemente, en su discurso del Estado de la Unión del pasado 7 de febrero, el presidente Biden, hizo un llamado al Congreso para volver a prohibir las armas de asalto.
“Lo hicimos antes. Dirigí la lucha para prohibirlas en 1994. En los 10 años que la prohibición fue ley, los tiroteos masivos disminuyeron. Después de que los republicanos dejaran que expirara, los tiroteos masivos se triplicaron. Terminemos el trabajo y prohibamos las armas de asalto nuevamente”, destacó.
“Tuvo en sus dos primeros años la mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes donde pudo haber pasado muy fácilmente y lo propone ahora cuando no tiene mayoría en la Cámara de Representantes donde la cosa se vuelve muy difícil”, consideró Pacheco, quien tambien senaló que en las ultimas administraciones no ha habido "espíritu de consenso y negociación", justamente en la cuestión de las armas de asalto.
Una posición similiar tiene Volokh, quien señala que, actualmente, parece "improbable" que se promulgue una prohibición de las armas de asalto.
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