Estados Unidos ha tenido más tiroteos masivos en el primer mes y medio de 2023 que días han transcurrido este año. En estas seis semanas se han contabilizado 72 tiroteos que han dejado 2.237 muertos, según el Archivo de Violencia por Armas (GVA, en inglés).
Solo esta semana se han reportado al menos dos situaciones donde un agresor armado ha comenzado a disparar: primero en la Universidad Estatal de Michigan, donde tres estudiantes murieron y cinco fueron heridos, y más recientemente en un centro comercial de El Paso, Texas, con al menos una muerte y tres heridos.
Cifras récord en seis semanas
El 2023 ha sido especialmente notable en el conteo de este tipo de sucesos mortales. "No ha habido ningún año en el que hayamos tenido 67 (tiroteos masivos) en seis semanas" dijo este martes en la mañana a la prensa estadounidense el director ejecutivo de GVA, Mark Bryant. Ese mismo día en la noche, la oenegé, creada en 2013 para rastrear y documentar la violencia armada en EEUU, aumentó la cifra.
El tiroteo de la noche de este miércoles en El Paso estuvo entre los que incrementó el número a 72.
Todavía no hay un consenso sobre lo que constituye un tiroteo masivo, aunque la institución señala especialmente a los sucesos de violencia armada en la que mueren o son heridos al menos cuatro personas.
El año pasado, el GVA contó 647 tiroteos masivos. De esos, 21 involucraron cinco o más muertes.
Tiroteos masivos en lo que va de 2023
4 de enero: Enoch, Utah
Un hombre mató a siete miembros de su familia para después quitarse la vida, en lo que la policía calificó como un asesinato-suicidio. El agresor disparó a su esposa, su suegra y sus cinco hijos, que tenían entre cuatro y 17 años.
21 de enero: Monterey Park, California.
Un hombre de 72 años mató a 11 personas e hirió al menos a otras nueve en un salón de baile de una comunidad predominantemente asiático-estadounidense que celebraba el Año Nuevo Lunar. Este fue el ataque armado más mortal en EEUU desde el 24 de mayo de 2021, cuando 21 murieron en una escuela primaria de Uvalde, Texas.
1 de febrero: Washington
Un hombre armado atacó a personas en un autobús y dentro de una estación de metro en el sureste de Washington, hirió a tres personas y mató a un empleado de Transporte que intentó detenerlo.
13 de febrero: East Lansing, Michigan
Tres estudiantes murieron y otras cinco personas resultaron heridas este lunes en el campus de la Universidad Estatal de Michigan por un tirador de 43 años que no estaba afiliado al centro de estudios y se suicidó poco después de los sucesos.
15 de febrero: El Paso, Texas
Un hombre armado mató a una persona y lesionó a tres en un tiroteo en Cielo Vista Mall, un gran centro comercial en El Paso, Texas. La policía arrestó a dos sospechosos en conexión con el crimen.
Polémica sobre uso de armas en EEUU
El control de las armas es uno de los temas más complejos y espinosos en EEUU, cada día más polarizado y donde este tipo de asuntos es muy politizado.
La gran mayoría de los republicanos defiende el derecho a portar armas como está reflejado en la Constitución, mientras que la otra mayoría demócrata apuesta por la reducción de la venta de rifles y un alto a la proliferación de armas en el país.
Cada tiroteo aviva el encendido debate entre ambos lados. El partido Republicano insiste en que los atacantes son personas con problemas de salud mental, mientras que sus contrapartes demócratas aseguran que la responsabilidad recae en gran parte en el amplio acceso a las armas de gran calibre.
La matanza de Uvalde, donde la gran mayoría de los muertos fueron escolares de entre 8 y 10 años, y el tiroteo donde ocho personas murieron en una tienda en Buffalo, Nueva York, reavivaron el debate en el Congreso y ayudaron a mover las negociaciones que resultaron en la aprobación de la conocida como Ley de Comunidades más Seguras.
El proyecto bipartito es el primero que restringe el uso de armas en los últimos 30 años en el país, y fue sancionado por el presidente Joe Biden el pasado junio. Este incluye el fortalecimiento de las verificaciones de antecedentes para los compradores de armas entre las edades de 18 y 21 años e incentiva a los estados que aprueben las llamadas leyes de bandera roja, que permiten a los grupos presentar peticiones ante tribunales para quitar las armas a las personas consideradas una amenaza para sí mismas o para los demás, entre otras disposiciones.
El propio Biden reconoció la "epidemia de violencia armada" que vive Estados Unidos. “Incluso mientras esperamos más detalles sobre estos tiroteos, sabemos que el flagelo de la violencia armada en todo Estados Unidos requiere una acción más firme”, dijo el mandatario demócrata en un comunicado en enero tras las matanzas de Monterey Park y dos días después en Half Moon Bay, California, que dejó al menos siete personas muertas.
“Una vez más, insto a ambas cámaras del Congreso a que actúen rápidamente y envíen la prohibición de las armas de asalto a mi escritorio, y tomen medidas para mantener seguras a las comunidades, escuelas, centros de trabajo y hogares estadounidenses”, exhortó Biden a inicios de 2023.
Los senadores demócratas Dianne Feinstein, de California; Richard Blumenthal y Chris Murphy, ambos de Connecticut, presentaron un proyecto de ley para restablecer una prohibición federal a la compraventa de armas de asalto, así como una legislación para aumentar a 21 la edad mínima para poder comprar ese tipo de armas.
La prohibición, que ha encontrado gran oposición en la bancada republicana y los activistas por los derechos a portar armas, bloquearía la venta de 19 dispositivos de fuego específicos que tienen las características de las utilizadas por los militares y cargadores que pueden contener más de 10 rondas de municiones.
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