Joe Biden y Donald Trump ganaron sus respectivas primarias en Michigan este martes con amplios márgenes sobre sus rivales, pero los resultados revelaron también vulnerabilidades para ambos candidatos presidenciales a medida que se acercan a una probable revancha en noviembre.
Para Biden, en Michigan llegó la advertencia de los progresistas, votantes jóvenes y demócratas árabes estadounidenses en forma de un voto de protesta "no comprometido": cambiar el rumbo de la guerra de Israel en Gaza o arriesgarse a perder una parte crucial del apoyo, casi el 15% de los votos, en lo que será un estado decisivo en las presidenciales.
Gary Walker, votante de Detroit, dijo:
“No creo que los demócratas nos tomen en serio. Y tendrán que empezar si quieren ganar en noviembre”.
Del lado republicano, la victoria de Trump tampoco logró ocultar un problema potencialmente impactante: casi el 30% de los republicanos salió a votar contra el líder de su partido, en un estado que en 2020 votó por Biden, tras haber preferido a Trump en 2016 y donde una fuerte participación es clave para ganar, según analistas como Joey Cappelletti de la agencia Associated Press:
"Los votantes principales de Trump hasta ahora son abrumadoramente blancos y en su mayoría mayores de 50 años, y generalmente sin título universitario. Eso podría ser una señal de advertencia para Trump, quien tendrá que apelar a una variedad mucho más amplia de votantes en noviembre, especialmente en estados como Michigan, que perdió por casi 155.000 votos en 2020."
Al mismo tiempo, Trump ganó ampliamente otra vez contra Nikki Haley, su única rival restante. La exembajadora ante las Naciones Unidas aún no se rinde y dijo que no dejará la carrera hasta el 5 de marzo, día del supermartes, donde se votará por las primarias en 16 estados.
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