El presidente de Chile, Sebastián Piñera, rechazó la petición de la Iglesia Católica de incluir en un indulto a los violadores de los derechos humanos durante la dictadura que mostraran arrepentimiento de sus actos y que tuvieron un grado de responsabilidad menor en los hechos.
La solicitud había sido presentada en un encuentro entre Piñera, el cardenal arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, y el presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic.
Los indultos por violaciones a los derechos humanos "siguen generando tensiones y divisiones entre los chilenos”, explicó Piñera.
Agregó que muchas veces “han reabierto viejas heridas y rencores del pasado", en alusión a la dictadura de Augusto Pinochet, en la que murieron más de 3.000 opositores, incluyendo a unos 1.200 desaparecidos.
"He llegado al convencimiento que no es ni prudente ni conveniente, en los actuales tiempos y circunstancias, promover una nueva ley de indulto general", agregó.
El indulto sólo será para reos comunes, y Piñera dijo que se aplicarán de forma muy restrictiva, caso a caso.
Defensores de los derechos humanos y familiares de los desaparecidos recibieron el anuncio de Piñera de forma positiva, puesto que habían resistido y protestado la propuesta de la Iglesia Católica.