El Papa Francisco decidió apartar del sacerdocio a dos obispos chilenos vinculados a una extensa crisis por abusos sexuales cometidos por miembros del clero en el país, comunicó el sábado el Vaticano.
El anuncio coincidió con la visita del presidente chileno, Sebastian Piñera, quien sostuvo, junto a su esposa, una audiencia privada con el Sumo Pontífice en el Vaticano el sábado.
El Vaticano identificó a los dos sacerdotes removidos como Francisco José Cox Huneeus, de 85 años, arzobispo emérito de La Serena, y Marco Antonio Órdenes Fernández, de 54 años, arzobispo emérito de Iquique.
Una declaración del Vaticano señaló que la decisión del Papa era inapelable y definitiva. Se refirió a una parte de la ley canónica de la Iglesia relacionada a los delitos de abuso sexual contra menores.
“La decisión fue tomada por el papa Francisco el 11 de octubre y no admite recurso”, comunicó el Vaticano, que precisó que hoy se le comunicó a los dos obispos eméritos.
Estas dos expulsiones se unen a las de los sacerdotes chilenos Fernando Karadima Fariña y Cristián Prech, en las últimas semanas.
Cox vive retirado desde 2002 en la localidad alemana de Vallendar, en una comunidad de los Padres Schoenstatt, a la que pertenece, y había sido acusado de abusos sexuales a menores en Chile y recientemente se supo de un nuevo caso en Alemania.
En 2002 fue trasladado a un monasterio en Alemania para vivir una vida de “silencio, oración y penitencia” cuando empezaron a circular los primeras acusaciones a menores.
En el caso de Órdenes, Benedicto XVI ya había aceptado en 2012 la renuncia del obispo de Iquique presentada después de que se le acusara de abusos sexuales a un menor y se retirase a Perú.