La OTAN enviará 700 soldados más al norte de Kosovo para ayudar a sofocar las violentas protestas tras los enfrentamientos con serbios étnicos que dejaron 30 soldados internacionales heridos, anunció la alianza militar el martes.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que un batallón de reserva adicional estará listo en caso de que se necesiten soldados adicionales.
“Se trata de medidas prudentes”, declaró Stoltenberg, que hizo el anuncio en Oslo tras reunirse con el primer ministro noruego.
La misión de mantenimiento de la paz dirigida por la OTAN, conocida como KFOR, consta actualmente de casi 3.800 efectivos. Un batallón suele tener entre 300 y 1.000 efectivos.
A primera hora del martes, las fuerzas multinacionales de paz de la KFOR utilizaron vallas metálicas y alambre de púas para reforzar las posiciones en una ciudad del norte que se ha convertido en un foco rojo.
Los soldados acordonaron el edificio municipal de Zvecan, donde los disturbios del lunes dispararon las tensiones y suscitaron temores de inestabilidad en medio de los crecientes esfuerzos occidentales por resolver una disputa que lleva tiempo latente.
Belgrado, antigua provincia de Serbia, no reconoce la declaración de independencia de Kosovo de 2008. La mayoría de la población es de etnia albanesa, pero Kosovo cuenta con una minoría serbia en el norte del país, fronterizo con Serbia.
Stoltenberg condenó la violencia y advirtió que las tropas de la OTAN “tomarían todas las medidas necesarias para mantener un entorno seguro para todos los ciudadanos de Kosovo”.
Instó a ambas partes a abstenerse de “nuevos comportamientos irresponsables” y a retomar las conversaciones respaldadas por la UE para mejorar las relaciones.
Estados Unidos y la mayoría de los países de la Unión Europea han reconocido la independencia de Kosovo de Serbia, mientras que Rusia y China se han puesto del lado de Belgrado. Beijing expresó el martes su apoyo a los esfuerzos de Serbia por “salvaguardar su soberanía e integridad territorial”, y Moscú ha criticado repetidamente las políticas occidentales en la disputa.
Las tensiones aumentaron el pasado fin de semana, después de que funcionarios de etnia albanesa elegidos en votaciones boicoteadas abrumadoramente por los serbios entraran en los edificios municipales. Cuando los serbios intentaron frenarles en paso, la policía kosovar disparó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
En respuesta, Serbia puso a su ejército en estado de máxima alerta y envió más soldados a la frontera con Kosovo. Los serbios volvieron a protestar el lunes, insistiendo en que tanto los alcaldes de etnia albanesa como la policía kosovar deben abandonar el norte de Kosovo.
Los enfrentamientos empeoraron cuando los serbios intentaron entrar en las oficinas municipales de Zvecan, 45 kilómetros (28 millas) al norte de la capital, Pristina.
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