El actor español Óscar Casas (Barcelona, España, 1998) ha debutado como protagonista en la película Mi soledad tiene alas, una cinta dirigida por su hermano, Mario Casas, otro de los actores más reconocidos en los países de habla hispana.
El mayor, con una dilatada carrera en el cine y la televisión, también se estrena como director. Eso, confiesa Óscar Casas, hizo que se tomara el papel mucho más en serio para no defraudar a su hermano. “Mi lucha constantemente, durante todos los meses de grabación, fue no defraudarle. Cada día luchaba contra mis monstruos, contra ese miedo de no defraudar, de no llegar a lo que él buscaba”, explica durante una entrevista con la Voz de América.
Asegura que el mayor reto a la hora de hacer el papel de Dan -un joven que vive en un barrio muy humilde a las afueras de Barcelona, España, que deberá enfrentar sus miedos para sobreponerse a las circunstancias que le ha puesto la vida- fue el de trabajar “emocionalmente” este personaje.
“Es muy difícil interpretar las miradas con amor, con tristeza, con miedo. Así que realmente hay que cargarlas con unas bases, con muy buenos ensayos, conocer muy bien el personaje y saber qué está pasando”, dice el español recordando que cada día de rodaje su hermano Mario solo le decía una cosa: “confía”.
Sobre la trama de la Ópera Prima de Mario Casas, el actor explica que la historia gira en torno a Dan, “un chico que vive en la periferia de Barcelona, en el barrio de La Mina, y que no ha tenido una vida fácil”.
“Vive con su abuela porque su madre ya no está y su padre está en la cárcel. Tiene una familia desestructurada y se dedica a pintar. Es un artista grafitero, pero también roban joyerías con sus amigos hasta que las cosas no salen bien y tiene que huir”, dice.
Por primera vez, Óscar Casas ha viajado a Estados Unidos para presentar la película. Lo ha hecho en la muestra de cine español, Recent Cinema from Spain, en el sur de la Florida, una experiencia que también le ha servido para captar la reacción del público sobre esta película, que ya tuvo muy buenas críticas en su país natal.
“(En España) Ha sido una locura, ha sido maravilloso. Mi hermano y toda mi familia estábamos muy asustados por la crítica y por el público, pero a nivel de taquilla ha ido muy bien y la crítica también ha sido muy buena, por lo que estoy muy contento por ello”, comentaba el joven de 25 años.
Admite que el reto a la ahora de aceptar este papel era mayúsculo. Primero porque hacía su primer protagónico y, después, porque sentía “que tenía que estar a la altura” por el hecho de estar bajo las órdenes de su hermano y debía “demostrar” que él era el idóneo para interpretar este personaje.
Dice estar “sorprendido” por la cantidad de gente que lo conoce en una ciudad como Miami, “pero es normal porque hay muchos latinos que siguen lo que se hace en España”.
“Desde que he llegado solo he hablado en español. Intento hablar en inglés y me contestan en español”, dice entre risas y evidenciando la enorme influencia de la cultura hispana en el sur de la Florida.
No descarta “cruzar el charco” y probar suerte también en el continente americano. “Estuve en Los Angeles un par de meses haciendo un curso de interpretación y estuve con un coach de acentos porque sí, me gustaría trabajar ahí o por Latinoamérica”, dice Casas
De hecho, el actor español está inmerso en el rodaje de Franklin, su primera serie en rodada en inglés, un proyecto en el que confía que le abrirá las puertas a otros mercados.
“Es mi primer proyecto internacional y está siendo una maravilla. Es un reto porque es una locura que te quiten tu idioma y mostrarte lo más real posible desde otro idioma”, explica.
Reconoce que el acento acaba jugando en su contra, un aspecto que debe seguir trabajándolo para mejorarlo. “No tengo el oído para saber si estoy haciendo bien el acento o no, y eso me da agobio y me crea una cierta inseguridad, pero bueno, hay que luchar”, dice.
Con todo, asegura que los triunfos de su hermano los ha visto “como algo normal” desde que era pequeño ya que no era muy consciente de la trascendencia que eso tenía en su carrera profesional. “Vas viendo que, de repente, con doce años, me monto en un coche y hay que hacer un juego para que no le sigan los paparazzis. Son cosas que uno va viviendo y las van interiorizando como niño”, zanja.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestros canales de YouTube, WhatsApp y al newsletter. Activa las notificaciones y síguenos en Facebook, X e Instagram.