En el décimo quinto día de paro nacional en Bolivia el miércoles, se registraron nuevos enfrentamientos entre seguidores del presidente Evo Morales, que lo apoyan como ganador de las elecciones para un cuarto mandato, y grupos ciudadanos que rechazan los resultados argumentando fraude electoral.
Para enfrentar esta crisis del gobierno boliviano, el presidente Morales se respalda en sus organizaciones sociales aliadas a quienes llama a defender el voto.
“Al defender la democracia, porque si este pueblo minero y campesino acompañado por sus profesionales, tienen la autoridad moral y ética para defender la democracia. La democracia es del pueblo boliviano”, sostiene.
Mientras tanto, los ciudadanos aún se mantienen en las calles realizando bloqueos y protestas para presiona al gobierno central. La policía intervino con gases lacrimógenos.
Incluso, sectores como el del periodismo se han visto afectados por la polarización política del conflicto, pues los comunicadores denunciaron varias agresiones e impedimentos en las coberturas por parte de ambos grupos.
A propósito, Carlos Mesa, candidato presidencial por Comunidad Ciudadana, señaló: "Yo he ejercido el periodismo por más de un cuarto de siglo, no es aceptable la agresión a los periodistas sean estos del oficialismo, sean independientes o representen a cualquier canal, periodismo o medio de comunicación, ni de parte de la oposición y mucho menos de parte del oficialismo”.
Según Milena Soto, una de las líderes del grupo Resistencia Juvenil Cochala, desde Cochabamba se está coordinando diversas acciones: “La ciudadanía ya está harta, ya no podemos seguir así; tiene que haber un cambio directo y tiene que salir del ciudadano, del cochabambino, él es el que tiene que decir ya no me dejo más. Este gobierno se tiene que ir porque se tiene que ir”.
Opositor Camacho insiste en renuncia de Morales
Las medidas de presión, anunciadas por los comités cívicos del país se radicalizaron con la toma simbólica de las instituciones estatales y el cierre de fronteras con el único pedido de la renuncia del presidente Evo Morales.
El líder opositor boliviano del departamento de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, anunció que volverá el miércoles a La Paz, y todas las veces que sea necesario, para entregarle al presidente Evo Morales una carta y que firme su renuncia tras fracasar en su primer intento esta semana.
Camacho fue retornado en un avión el martes a Santa Cruz, después que simpatizantes de Morales no lo dejaron salir del aeropuerto de la Paz. Su intención era llevar una carta para exigirle que deje el cargo, después de un resultado electoral que le concedió la victoria y que ha sido ampliamente criticado.
“El día de mañana (miércoles), a las dos y media de la tarde (18h30 GMT), retorno a la ciudad de La Paz y así será todos los días, hasta que yo llegue a entrar a palacio de gobierno” a entregarle a Morales la carta de dimisión para que la firme, dijo Camacho a su llegada a Santa Cruz (este), la ciudad más rica de Bolivia y bastión opositor.
Radicalizar las medidas de presión y mantener el paro indefinido fueron las medidas que tomaron los líderes de los grupos cívicos bolivianos, tras darle 48 horas al presidente Evo Morales para renunciar a su cargo y no recibir respuesta alguna.
Camacho anunció la paralización de instituciones públicas y cierre de fronteras para presionar la salida de Morales: “Yo, personalmente, le voy a llevar esa carta el día de mañana a la ciudad de La Paz para que sepan que no estoy yendo con las armas; voy con mi fe y esperanza, con una biblia en mi mano derecha y su carta de renuncia en mi mano izquierda”.
La frustrada visita de Camacho a La Paz fue la acción más desafiante de la oposición para conseguir la renuncia del presidente izquierdista indígena, a quien acusan de cometer un “fraude” en los comicios del pasado 20 de octubre.
El sábado, los líderes cívicos de ocho de los nueve departamentos bolivianos se reunieron para determinar medidas de presión, ante la sospecha de un fraude electoral en las elecciones presidenciales de octubre. La decisión final fue pedir la renuncia del presidente Evo Morales.
Adriana Salvatierra, presidenta de la Cámara de Senadores de Bolivia, consideró que el pedido de los comités cívicos es “inaplicable”: "Queda claro que el señor Camacho está impulsando una aventura golpista que, por suerte, para la parte de la oposición democrática no es respaldada".
Y agregó que "poco a poco se está aislando en su violencia y radicalismo".
Camacho había arribado en la noche del lunes al aeropuerto de El Alto y fue sorprendido por un grupo de seguidores del presidente Evo Morales que le impidieron la salida. No pudo salir de la terminal, copada por enfurecidos manifestantes oficialistas, algunos provistos de palos.
Por su parte, la empresa Servicios de Aeropuerto Bolivianos S.A. Sabsa informó en su cuenta de Twitter el martes, a la madrugada, que protegió su integridad física y la de sus acompañantes.
Camacho dijo que fue obligado por policías y militares a abordar una avioneta de la Fuerza Aérea para retornar a su ciudad (distante a 900 km de La Paz).
Mientras tanto, en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz comenzó la toma pacífica de las instituciones estatales con carteles sobre la defensa de la democracia y cintillos para evitar cualquier ingreso.
Simpatizantes de Morales salieron a las calles el martes para dar su apoyo.
Así mismo, se espera por el resultado de la auditoría de la OEA, que revisa si hubo o no fraude. Los opositores de Morales han dicho que no están de acuerdo con una iniciativa pactada por él, y han pedido nuevas elecciones.
(Con información de AFP y Reuters)