El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dispuso este jueves el fin de la misión de observadores militares del organismo mundial en Siria cuyo mandato expirará el próximo domingo a la medianoche.
El embajador de Francia en la ONU, Gerard Araud, dijo que la decisión fue adoptada tras una reunión del Consejo porque “las condiciones no están dadas para continuar" con esa misión en Siria.
Según el embajador, el régimen sirio no suspendió el empleo de armas de grueso calibre ni tampoco se ha registrado una reducción significativa de la violencia en el país.
Araud, quien es también presidente en funciones del Consejo de Seguridad, dijo que sin embargo existe consenso en el organismo para mantener presencia de la ONU en Damasco con una oficina de enlace, integrada por empleados civiles.
El subsecretario general de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, Edmond Mulet, precisó que esa oficina estaría probablemente compuesta por 20 o 30 personas.
La decisión de poner fin a la misión de observadores ocurre al día siguiente de que aviones de la fuerza aérea siria atacaran la ciudad de Azaz, bajo control rebelde en el norte del país, donde se reportó que más de 40 civiles habían muerto y más de un centenar resultaron heridos.
El corresponsal de la Voz de América Scott Bobb estaba en Azaz cuando se produjo el ataque y fue testigo de la numerosa cantidad de heridos llevados a hospitales de la cercana Turquía, entre ellos muchos que perdieron en el bombardeo brazos y piernas.
Activistas de la organización Human Rights Watch que visitaron este jueves la ciudad constataron que una manzana entera de viviendas fue totalmente destruida.
El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, propuso la celebración mañana viernes en Nueva York de una reunión para volver a intentar una solución pacífica negociada al conflicto con la participación del Grupo de Acción para Siria, integrado por Rusia, EE.UU., China, Francia, Reino Unido, Turquía, la Liga Árabe, la ONU y la Unión Europea.
El embajador de Francia en la ONU, Gerard Araud, dijo que la decisión fue adoptada tras una reunión del Consejo porque “las condiciones no están dadas para continuar" con esa misión en Siria.
Según el embajador, el régimen sirio no suspendió el empleo de armas de grueso calibre ni tampoco se ha registrado una reducción significativa de la violencia en el país.
Araud, quien es también presidente en funciones del Consejo de Seguridad, dijo que sin embargo existe consenso en el organismo para mantener presencia de la ONU en Damasco con una oficina de enlace, integrada por empleados civiles.
El subsecretario general de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, Edmond Mulet, precisó que esa oficina estaría probablemente compuesta por 20 o 30 personas.
La decisión de poner fin a la misión de observadores ocurre al día siguiente de que aviones de la fuerza aérea siria atacaran la ciudad de Azaz, bajo control rebelde en el norte del país, donde se reportó que más de 40 civiles habían muerto y más de un centenar resultaron heridos.
El corresponsal de la Voz de América Scott Bobb estaba en Azaz cuando se produjo el ataque y fue testigo de la numerosa cantidad de heridos llevados a hospitales de la cercana Turquía, entre ellos muchos que perdieron en el bombardeo brazos y piernas.
Activistas de la organización Human Rights Watch que visitaron este jueves la ciudad constataron que una manzana entera de viviendas fue totalmente destruida.
El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, propuso la celebración mañana viernes en Nueva York de una reunión para volver a intentar una solución pacífica negociada al conflicto con la participación del Grupo de Acción para Siria, integrado por Rusia, EE.UU., China, Francia, Reino Unido, Turquía, la Liga Árabe, la ONU y la Unión Europea.