Una comisión independiente de expertos de Naciones Unidas instó este miércoles al organismo mundial a que actúe para frenar el baño de sangre en Siria, tras denunciar que fuerzas y milicias gubernamentales han perpetrado crímenes de guerra y de lesa humanidad contra civiles en ese país.
El panel de investigadores, nombrado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, culpa al gobierno del presidente sirio Bashar al Assad y sus seguidores de las milicias shabiha del asesinato en mayo pasado de más de 100 civiles, casi la mitad de ellos niños, en el poblado de Houla.
El informe indica que grupos armados que luchan contra el régimen de Assad también han cometido crímenes de guerra, incluyendo torturas, aunque en menor escala y con menos frecuencia que el ejército.
De acuerdo con la comisión, las torturas, muertes extrajudiciales, violaciones y otros atropellos documentados corroboran las participación en ellos de “los más altos niveles de las fuerzas armadas y de seguridad y del gobierno".
Los integrantes del panel dijeron haber recopilado información mediante entrevistas con los refugiados que han huido del país, y constataron los obstáculos puestos a su labor por el régimen sirio, que sólo autorizó la entrada a Damasco del jefe del grupo.
La comisión, que recomendó que se transmitan sus conclusiones al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que éste las haga llegar al Consejo de Seguridad, tiene como propósito llevar ante la justicia a los autores de crímenes de guerra desde que se inició el conflicto en Siria en marzo de 2011.
El reporte coincidió con la explosión de una bomba junto al hotel de los observadores de la ONU en Damasco. Según informó la televisión siria, en el atentado resultaron heridas al menos tres personas.
Fuentes de la oposición dijeron que además este miércoles hubo combates en la capital siria cerca de las instalaciones generales del gobierno y de la embajada iraní, y numerosos enfrentamientos en otras partes del país.
El panel de investigadores, nombrado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, culpa al gobierno del presidente sirio Bashar al Assad y sus seguidores de las milicias shabiha del asesinato en mayo pasado de más de 100 civiles, casi la mitad de ellos niños, en el poblado de Houla.
El informe indica que grupos armados que luchan contra el régimen de Assad también han cometido crímenes de guerra, incluyendo torturas, aunque en menor escala y con menos frecuencia que el ejército.
De acuerdo con la comisión, las torturas, muertes extrajudiciales, violaciones y otros atropellos documentados corroboran las participación en ellos de “los más altos niveles de las fuerzas armadas y de seguridad y del gobierno".
Los integrantes del panel dijeron haber recopilado información mediante entrevistas con los refugiados que han huido del país, y constataron los obstáculos puestos a su labor por el régimen sirio, que sólo autorizó la entrada a Damasco del jefe del grupo.
La comisión, que recomendó que se transmitan sus conclusiones al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que éste las haga llegar al Consejo de Seguridad, tiene como propósito llevar ante la justicia a los autores de crímenes de guerra desde que se inició el conflicto en Siria en marzo de 2011.
El reporte coincidió con la explosión de una bomba junto al hotel de los observadores de la ONU en Damasco. Según informó la televisión siria, en el atentado resultaron heridas al menos tres personas.
Fuentes de la oposición dijeron que además este miércoles hubo combates en la capital siria cerca de las instalaciones generales del gobierno y de la embajada iraní, y numerosos enfrentamientos en otras partes del país.