La Organización Mundial de la Salud anunció el viernes que ha puesto fin a la emergencia que declaró por el covid-19 hace más de tres años, un hito en una pandemia que ha matado a casi 7 millones de personas en todo el mundo y trastornado la vida cotidiana a nivel global en maneras antes inimaginables.
La decisión se debe al hecho de que desde hace más de un año la pandemia ha tenido una tendencia a la baja. Sin embargo, la OMS recordó que el peligro es aún real.
Tedros Ghebreyesus, director General de la OMS: “Sin embargo, eso no significa que el COVID-19 haya terminado como una amenaza para la salud mundial. La semana pasada, el COVID-19 cobró una vida cada 3 minutos. Y esas son solo las muertes que conocemos. Mientras hablamos, miles de personas en todo el mundo luchan por sus vidas en unidades de cuidados intensivos. Y millones más continúan viviendo con los efectos debilitantes de la condición post-COVID-19. Este virus llegó para quedarse”.
El virus seguirá teniendo un estado de pandemia según la OMS, al igual que lo que tiene el VIH, pero en términos prácticos este anuncio cambia poco: muchos países ya terminaron sus estados de emergencia por Covid, alejando casi todas las restricciones de salud para controlar el virus. Estados Unidos, por ejemplo, terminará su emergencia de Covid el 11 de mayo.
Con 765 millones de casos registrados hasta ahora y las muertes reales que, según la OMS, podrían sumar 20 millones, el COVID-19 sigue matando y sigue cambiando. Los científicos afirman que se mantiene el riesgo de que nuevas variantes provoquen aumentos en los casos y las muertes.
Tedros Ghebreyesus, director General de la OMS, advirtió: “Lo peor que cualquier país podría hacer ahora es usar esta noticia como una razón para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o enviar un mensaje a su gente de que COVID-19 no es motivo de preocupación”.
Al mismo tiempo, el fin de la emergencia declarada por la OMS es un momento significativo en la evolución de la relación humana con el nuevo coronavirus, que podría lentamente convertirse en un virus como la influenza y necesitar una dosis de vacuna cada año antes del invierno.