El Centro de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos dice que uno de cada tres adultos y casi uno de cada cinco niños en el país es obeso. Sin embargo, las autoridades de salud pública en Nueva York están promoviendo una agresiva iniciativa que ha arrojado significantes reducciones en el promedio de menores obesos en la ciudad.
Alex Schimke es estudiante de sexto grado, que está delgado y saludable, dice que le gustan las frutas, especialmente las fresas. Pero, como todo niño, admite que le encantan los dulces, las tortas y otros dulces.
“Por tu salud, ¿vas a comer un pedazo de torta o una manzana? Obviamente, vas a escoger la manzana, pero de verdad quieres comerte la torta”, dice Schimke.
Esta lógica discusión entre los menores de edad no está pérdida en Nueva York, dice el comisionado de salud de la ciudad, Thomas Farley.
“Los niños tienen una preferencia natural por los dulces, incluso más que los adultos. Por otro lado, como adultos, somos nosotros los que escogemos que ponemos al frente de nuestros menores”, dijo Farley.
El comisionado indicó que Nueva York está aumentando la cantidad de actividad física en las escuelas públicas y mejorando las opciones de comida saludable en sus cafeterías.
“Ahora tienen manzanas y una barra de ensaladas”, dice Schimke.
También ofrecen bebidas bajas en calorías.
Farley nota que los promedios de obesidad empezaron a aumentar hace 30 años, a medida que muchas personas cambiaron los trabajos en las granjas y las fábricas, por posiciones más sedentarias en las oficinas.
“La actividad física ha desaparecido de la vida de la mayoría de la gente, a menos que sea una tarea independiente. Al mismo tiempo, y aún más importante, la comida es cada vez más barata, lista para comer, disponible en todas partes, lo que ha hecho que la gente adopte el hábito de golosinear constantemente”, explica Farley.
Según el funcionario, los promedios de obesidad en los niños en NY continúa en un 20%, pero la tendencia de la ciudad va en bajada, contrario a lo que se está presentando a nivel nacional. El comisionado dice que es alentador que la tasa refleje una disminución por primera vez en décadas, un 10% entre cinco y seis años, lo que le da razón para creer que la juventud está adoptando hábitos más saludables.