El paradigma de que los espectadores creen su propia historia podría llegar a ser realidad con la nueva generación de videojuegos.
Sin importar si se trata de una historia de ciencia ficción con extraterrestres o soldados peleando una difícil batalla, el cuento es la nueva “arma” para la nueva generación de videojuegos.
Los estudios productores de videojuegos están escribiendo historias para sus nuevas producciones, laberintos dramáticos donde esperan que el desarrollo de personajes ofrezca al jugador la posibilidad de participar a partir de sus propias experiencias.
La nueva generación de juegos interactivos ofrece a los jugadores más que la posibilidad de elegir el arma o carro que utilizarán en la aventura. Por ejemplo, ahora surgirán preguntas donde es necesario tomar una decisión ética, que generará las siguientes acciones o consecuencias en el personaje, para así continuar la narrativa del juego. Dependiendo de los usuarios, los juegos podrán tomar diferentes direcciones.
“Bioshock Infinite” y “Star Wars: The Old Republic” son juegos de este tipo.
Y aunque este ha sido un deseo de la industria del entretenimiento por siglos, esta nueva jugada parece un intento por evitar perder compradores. La industria del videojuego alcanzó, en Estados Unidos, su punto más alto en 2008 vendiendo alrededor de $21.400 millones de dólares, según indica la compañía NPD. Desde entonces, las ventas han bajado un 13%.
El surgimiento del tablet, especialmente el iPad, y la reciente decisión de la Corte Suprema de EE.UU. de proteger los juegos violentos como libertad de expresión, parecen ser los motivadores perfectos para una nueva generación de videojuegos.
Algunos especialistas opinan que entre las ventajas de hacer juegos con más énfasis en la historia, es que permitiría mantener a los jugadores atrapados por más tiempo y así cultivar una audiencia más leal.