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La nueva estrategia de EEUU contra los cárteles mexicanos: ¿qué puede cambiar?


ARCHIVO - Soldados patrullan durante un operativo en un barrio de Culiacán, en el estado de Sinaloa, México, el jueves 19 de septiembre de 2024. (Foto: AP)
ARCHIVO - Soldados patrullan durante un operativo en un barrio de Culiacán, en el estado de Sinaloa, México, el jueves 19 de septiembre de 2024. (Foto: AP)

La designación de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras busca ampliar herramientas legales para perseguir a estas agrupaciones delictivas, pero expertos advierten sobre sus posibles limitaciones y efectos secundarios en la relación bilateral con México.

La decisión del gobierno de Estados Unidos de designar a seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés) marca un giro en la política de seguridad nacional y el combate al crimen organizado, según varios expertos.

La medida, que incluye al Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel del Noreste, La Nueva Familia Michoacana, Cártel del Golfo y Cárteles Unidos, abre la puerta a nuevas estrategias de persecución financiera, legal y operativa contra estas organizaciones.

Una designación sin precedentes

"Por primera vez, EEUU ha incluido a organizaciones criminales en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras, marcando un cambio en cómo se entienden las amenazas transnacionales", detalló Tricia Bacon, profesora de American University y especialista en seguridad.

La nueva clasificación no otorga automáticamente poderes militares ni permite acciones directas dentro de México, pero sí amplía el margen legal para procesar a cualquier persona o entidad que brinde "apoyo material" a estos cárteles, ya sea financiero, logístico o de infraestructura.

"Cualquier persona que proporcione apoyo material a los cárteles, ya sea en forma de logística, recursos o servicios financieros, puede enfrentar sanciones severas, incluyendo prisión", advirtió Lila Abed, directora del Instituto de México en el Centro Wilson, un centro de pensamiento en Washington.

Además, la designación se ha extendido más allá de Estados Unidos. El mismo día, el gobierno de Canadá incluyó a cinco de estos cárteles en su lista de entidades terroristas, lo que implica la congelación de activos y el fortalecimiento de herramientas legales contra estas organizaciones.

El dilema de la cooperación México-EEUU

Si bien la medida ha sido bien recibida en Washington y Ottawa, en México ha generado controversia y preocupación sobre su impacto en la cooperación bilateral.

"Esta designación ignora cómo funciona realmente el mercado del fentanilo. No es un problema solo de México, sino un sistema transnacional en el que participan actores de ambos países", señaló Cecilia Farfán-Méndez, investigadora del Instituto de Conflicto Global y Cooperación de la Universidad de California.

La investigadora destacó que la narrativa de que los cárteles mexicanos están "envenenando deliberadamente a los estadounidenses" es una simplificación extrema. Según datos del Departamento de Justicia, el 86 % de las personas condenadas por tráfico de fentanilo en EEUU son ciudadanos estadounidenses.

Para Craig Deare, profesor de la Universidad Nacional de Defensa de Estados Unidos, la designación es un paso lógico en la lucha contra el crimen organizado, pero su efectividad dependerá de la voluntad política en ambos países.

"Si no hay voluntad política real en México y EEUU para combatir estas redes de manera efectiva, la designación de los cárteles como terroristas será simplemente simbólica", advirtió.

En esa línea, también cuestionó la estrategia de seguridad del anterior presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador: "La política de ‘abrazos, no balazos’ ha resultado en más homicidios y más desapariciones, sin lograr contener a los grupos criminales".

Canadá endurece su postura

Como se ha mencionado anteriormente, el gobierno de Canadá, que también ha visto el impacto de los cárteles en su territorio, decidió seguir el ejemplo de EEUU. Christian Leuprecht, profesor de la Escuela Real Militar de Canadá, explicó que los cárteles han trasladado parte de sus operaciones de distribución y producción a territorio canadiense.

"Uno de los principales efectos de la designación es que permite a las autoridades financieras de Canadá bloquear fondos asociados a estas organizaciones, dificultando sus actividades", aseguró Leuprecht.

Sin embargo, advirtió que la medida podría quedarse en lo simbólico si no se acompaña de una estrategia de aplicación efectiva.

"Las medidas anunciadas por el gobierno canadiense carecen de recursos reales para ser efectivas. Sin una estrategia coordinada con EEUU y México, es poco probable que esta designación tenga impacto real", concluyó.

Impacto en el sector financiero

Uno de los sectores más afectados por la designación será el financiero. Narciso Campos Cuevas, socio de la firma legal White & Case LLP, vaticinó que la medida genera incertidumbre legal para bancos y empresas.

"El sistema financiero mexicano cumple con los más altos estándares internacionales en prevención de lavado de dinero, pero esta designación introduce riesgos legales y conflictos regulatorios", explicó el experto.

En ese sentido, alertó que uno de los riesgos es que los bancos reduzcan o limiten servicios en ciertas regiones de México por temor a sanciones de EEUU y Canadá, lo que podría empujar más dinero al mercado negro.

"El riesgo es que los bancos comiencen a retirar servicios financieros en ciertas regiones de México por miedo a represalias legales, lo que podría empujar más dinero al mercado negro", recalcó.

Además, advirtió sobre posibles conflictos de jurisdicción, ya que los bancos mexicanos podrían verse obligados a cumplir regulaciones extranjeras que podrían chocar con las leyes locales.

¿Qué sigue ahora?

Si bien la designación de los cárteles como organizaciones terroristas permite a EEUU y Canadá endurecer su lucha contra estas organizaciones, los expertos coinciden en que no es una solución mágica.

Para Cecilia Farfán-Méndez, un problema clave es que esta estrategia desvía la atención de la crisis del consumo de drogas en EEUU.

"Estamos viendo un retroceso hacia un enfoque unilateral en el que EEUU dicta las reglas sin reconocer su propia responsabilidad en la crisis de opioides", manifestó.

Por su parte, Craig Deare aludió a que el gran desafío no es solo el tráfico de drogas, sino también la corrupción entre ambos países.

"Si no se combate la corrupción en México y en EEUU, cualquier medida será insuficiente", advirtió.

Sobre eso, Tricia Bacon recordó que este tipo de medidas han fracasado en el pasado cuando no se han acompañado de políticas de seguridad efectivas.

"El problema con esta medida es que no ataca la raíz del problema: el mercado de drogas sigue siendo extremadamente lucrativo y, si se debilitan ciertos cárteles, otros ocuparán su lugar", concluyó.

En este nuevo escenario, la gran incógnita, según señalan los expertos, es si la designación de los cárteles como FTOs tendrá un impacto real en la lucha contra el crimen organizado, o si solo será otro capítulo en la larga guerra contra el narcotráfico.

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