Ashraf Ghani, presidente de Afganistán, huyó el domingo del país, confirmaron medios locales de noticias citando como fuente a un alto funcionario.
Con su partida cede el poder a los talibanes que llegaron a la capital, Kabul, para sellar una victoria militar nacional en solo 10 días.
"El ex presidente afgano ha dejado la nación, dejando al pueblo en esta situación", dijo Abdullah Abdullah, quien encabeza el proceso de paz, en un video en su página de Facebook.
"Dios lo responsabilizará, y el pueblo tendrá su juicio".
No dio ninguna indicación de hacia dónde se dirigía Ghani, pero el grupo de medios afgano Tolo News sugirió que se dirigía a Tayikistán.
La salida de Ghani del cargo fue una de las demandas clave de los talibanes en meses de conversaciones de paz con el gobierno, pero se había aferrado obstinadamente al poder.
En poco más de una semana, los talibanes han llevado a cabo un barrido relámpago del país, con tropas incapaces de aferrarse al territorio sin el apoyo militar de Estados Unidos.
Los insurgentes dijeron que quieren un "traslado pacífico" en los próximos días, dos décadas después de que las fuerzas dirigidas por Estados Unidos lo derrocaran a raíz de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
El grupo ordenó a sus combatientes el domingo temprano que no ingresaran a la capital, diciendo que los restos de las fuerzas del gobierno eran responsables de la seguridad.
Pero más tarde, un portavoz tuiteó que las fuerzas talibanes deberían ingresar a las áreas abandonadas por las fuerzas afganas para mantener la ley y el orden.
"Dios no permita que los ladrones comunes y los atracadores en Kabul no se mezclen, los abusadores no dañan a la gente, el Emirato Islámico ordenó a sus fuerzas entrar en las áreas de Kabul de donde salió el enemigo", dijo un comunicado de los talibanes.
"Existe el riesgo de robo y atraco"
Existe el temor de un vacío de seguridad en la capital, ya que miles de policías y otros miembros de las fuerzas armadas han abandonado sus puestos, uniformes e incluso armas.
Estados Unidos comenzó a trasladar a sus ciudadanos y personal afgano al aeropuerto de Kabul, con la ayuda de miles de tropas desplegadas en la capital para ayudar con la evacuación.
Sin embargo, el secretario de Estado Antony Blinken descartó el domingo las comparaciones con la caótica salida estadounidense de Saigón en 1975.
"El hecho es este: fuimos a Afganistán hace 20 años con una misión en mente", dijo Blinken durante una entrevista en “This Week” del canal ABC . "Eso fue para lidiar con las personas que nos atacaron el 11 de septiembre. Esa misión ha tenido éxito", destacó Blinken.
La inminente toma de posesión de los talibanes provocó miedo y pánico en Kabul entre los residentes temerosos de la línea dura del islam del grupo.
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