Desde que los Nacionales de Washington pisaron la grama del Nationals Park el 30 de marzo de 2008 frente a los Bravos de Atlanta, solo ha habido un gran sueño, que es ganar la Serie Mundial, y 2019 parece lo más cercano a la gloria.
El Nationals Park, ubicado en Washington D.C., es la casa de “Los Nats”, la abreviatura con la que la fanaticada aúpa a sus jugadores locales.
El parque beisbolero que recibe a los Astros de Houston en la porfía por el llamado Clásico de Otoño, tuvo culminación a un costo de 611 millones de dólares, puestos a disposición de la maestría arquitectónica de HOK Sport junto con Devrouax & Purnell Architects and Planners.
Los dos grandes retos -como muchos otros estadios- que aguardan a los toleteros son su jardín central a 402 pies desde el plato y su lado izquierdo-central, a 377 pies, medidas nada despreciables para los adelantos del picheo de la era moderna.
La franquicia actual antecede a los Expos de Montreal, fundada en 1969, y ésta a los Senadores de Washington, que jugaron en la capital desde 1901 a 1960.
Empujando hacia casa
El segundo partido de la Serie Mundial de Béisbol exhibió la fuerza de un trabajo en equipo. Los Nacionales de Washington vencieron por segunda noche consecutiva el miércoles a unos Astros de Houston que no acaban de encontrar el camino.
La segunda porfía por la corona del Clásico de Otoño concluyó 12-3 para los capitalinos. De nada sirvieron las expectativas por ver la revelación Nats que es el jovencito Juan Soto, tampoco los estelares Justin Verlander o José Altuve por la tropa del Centro. Los capitalinos vencieron a fuerza de batazos y excelentes jugadas.
El triunfador, Stephen Strasburg, vio la manera de sacarse el mal sabor de hace 7 años cuando fue retirado del róster por una lesión en la postemporada; Verlander sin embargo ostenta dos récords nada parecidos: es el primer serpentinero que logra ponchar a 200 bateadores en postemporada/Serie Mundial y el único que ha perdido 5 partidos en el clásico otoñal.
Lo de los Nats fue un bocinazo para ensordecer y humillar a los Astros, después que les empataran el partido a dos carreras en la misma primera, pasó un largo tramo hasta que en el séptimo episodio trajeron racimo de seis empujadas hacia el plato.
Los Nacionales pasaron al octavo inning con tres carreras más y remataron la paliza con un remolque en el noveno y concluir 12-3. Jonronearon Suzuki y Eaton.
Astros por brillar
Deslucidos, fuera de sí y sin encontrar la senda que los trajo como favoritos, los Astros contaron con aislados vuelacercas de Bregman y Maldonado, sin que los cubanos Álvarez o Gurriel trajeran mayores noticias.
Ya están en casa, en el Distrito de Columbia y será difícil que se escuche algo más allá de la algarabía de una afición que ha esperado largamente porque su equipo corone una Serie Mundial. Este miércoles puede ser el pandemónium, los Astros tienen que concentrarse en el juego.
Para este viernes, en el Nationals Park, las escuadras han anunciado un duelo de derechos abridores: el venezolano Aníbal Sánchez correrá las cortinas desde el montículo de los anfitriones, mientras por los visitantes del centro, Zackary Greinke intentará ponerle alivio a la frustración de Astros.
(Con información de MLB, Al Bat y redes sociales)