Las autoridades de salud pública de China informaron este martes que los casos confirmados de coronavirus en el país superaron los 72.000 y el número de muertos ascendió a 1.868.
Estas cifras incluyen 98 nuevas muertes, entre ellas la del director del hospital Wuchang en Wuhan, en la provincia de Hubei, el epicentro del brote de COVID-19 que pereció víctima de la enfermedad.
El jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo el lunes que los datos de China de los últimos días reflejan una disminución de casos nuevos, pero advirtió que esta tendencia “debe ser interpretada con mucha cautela”.
"Las tendencias pueden cambiar con nuevos centros de población afectados. Es muy pronto para decir si esta disminución continuará. Todos los escenarios están sobre la mesa”, señaló Tedros.
Añadió que el brote es “muy serio” y que tiene el potencial de crecer, pero en su mayor parte está confinado en la provincia de Hubei.
Según el director de la OMS, más del 80% de los pacientes no sufren de una enfermedad grave y se recuperarán.
El informe más reciente de la OMS contabiliza 794 casos confirmados fuera de China. De ellos, unos 542 eran pasajeros del crucero Diamond Princess, anclado en cuarentena en el puerto japonés de Yokohama. En este barco se reportaron 88 nuevos casos este martes.
Estados Unidos evacuó el lunes a más de 300 de sus ciudadanos y sus familiares que estaban a bordo del crucero, pero permanecerán en cuarentena en territorio estadounidense por 14 días.
Australia anunció el lunes que también evacuaría a sus ciudadanos del barco, mientras que Canadá, Italia, Corea del Sur y Hong Kong planeaban acciones similares.
Aunque China ha sido elogiada recientemente por la forma en que manejó el brote de coronavirus y por sus esfuerzos para contenerlo, la OMS está pidiendo más información sobre la forma en que se hacen los diagnósticos.
La prensa estatal china publicó el sábado un discurso del presidente Xi Jinping el 3 de febrero que sugiere que las autoridades chinas sabían más sobre la gravedad del coronavirus al menos dos semanas antes de que el peligro saliera a la luz pública.
No fue hasta finales de enero que las autoridades dijeron que el virus podría propagarse entre los humanos.
En un discurso el 7 de enero, Xi ordenó el cierre de las ciudades más afectadas por el virus y esas medidas comenzaron a aplicarse el 23 de enero.