Los 33 mineros atrapados en las profundidades de la mina San José, de cobre y oro, siguen vivos y con buen ánimo.
El buen humor no los abandona, hasta el grado que piden se les envíe algunas cervezas a los 700 metros de profundidad en que se encuentran.
Pero, más allá del buen humor, la organización y la coordinación es clave para la sobrevivencia en la profundidad.
Los mineros responden al líder del grupo, Luis Urzúa. Además, mantienen un horario y labores mientras esperan ser rescatados.
Los 33 hombres atrapados se mueven en un espacio de unos 25 metros y han destinado espacios para comer, dormir y hacer sus necesidades.
La noticia de los 33 mineros con vida asombró a muchos, entre ellos el mismo presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien hizo contacto visual a través de una cámara multimedia instalada en la sonda.
"Agradezco a los mineros por el valor, por el coraje de haber resistido más de dos semanas en las profundidades de la montaña", dijo el presidente.
Según las autoridades, los mineros están en un refugio construido a 700 metros de profundidad, el cual cuenta con oxígeno, agua y alimentos, diseñado para este tipo de casos.
Se estima que el rescate llevará y podría lograrse entre los meses de octubre y noviembre, dijo André Sougarret, jefe de rescate.
Mientras tanto, un grupo de socorristas trabaja para reforzar un pequeño túnel construido por las sondas, a través del cual se les hará llegar comida y se mantendrá la comunicación.
