La policía griega comenzó a desocupar el mayor campo informal de migrantes en Grecia, ubicado en Idomeni, en la frontera con Macedonia, para trasladarlos en autobús a un nuevo campo de refugiados en Tesalónica, la ciudad más importante del norte del país.
Un portavoz del gobierno dijo que la operación podría tomar de una semana a 10 días. Las autoridades han prometido no usar tácticas violentas y dicen que los refugiados no están se resistiendo a la reubicación.
“La gente está saliendo en forma muy tranquila, sin incidentes", aseguró Vicky Markolefa, vocera de la ONG Médicos Sin Fronteras.
Macedonia cerró su frontera con Grecia en marzo, pero unos 8.500 migrantes se quedaron con la esperanza de un día poder continuar su travesía.
Entre los que se quedaron están decenas de recién nacidos, cuyos padres una vez soñaron con criar sus hijos en Europa Occidental. Ahora, ellos también están siendo forzados a volver a Grecia.