La acción ejecutiva para proteger a unos cinco millones de indocumentados en Estados Unidos ganó su primera batalla legal.
La juez federal, Beryl Howell, del estado de Arizona, desestimó la demanda del polémico jefe de la policía del condado de Maricopa, Joe Arpaio, quien busca detener la aplicación del decreto migratorio anunciado por el presidente Barack Obama.
Arpaio “plantea importantes cuestiones referentes al impacto de la inmigración ilegal en esta nación, pero las cuestiones suponen quejas generalizadas que no son apropiadas para que la justicia las dirima”, escribió el magistrado en su decisión.
El jefe de la policía de Arizona insiste en asegurar que el presidente violó la Constitución al tomar una decisión que según él, solo el Congreso tiene el poder para decidir, y dijo que apelaría la decisión de la juez y que llevaría el caso hasta la Corte de Apelaciones en Washington, de ser necesario.
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca Eric Schultz dijo que el tribunal había hecho lo correcto al desestimar la demanda.
“La decisión hoy de la juez Howell confirma lo que el Departamento de Justicia y académicos en todo el país dijeron desde el principio: las medida ejecutivas del presidente sobre inmigración son legítimas", indicó Schultz.
El vocero presidencial también dijo que las acciones en el tema de migración tomadas por el presidente Obama son “son consistentes con las tomadas por gobiernos de ambos partidos durante el último medio siglo”.