Lo que la indignación ante 35.000 asesinatos en los últimos cinco años no ha conseguido en México, lo ha logrado el dolor de un padre.
El hijo del poeta mexicano Javier Sicilia apareció asesinado junto a otros seis jóvenes hace nueve días, horas antes de que tuviera lugar una protesta nacional contra la violencia. Por lo general son inusuales este tipo de protestas por la lucha contra el narcotráfico que mantiene el presidente Calderón, pero las palabras de Sicilia han estado presentes en las 26 manifestaciones convocadas en México, además de otras que se han repetido en las principales ciudades del mundo.
Después de enterrar a su hijo, hallado en un coche en Cuernavaca con signos de haber sido torturado, el premio nacional de poesía, guionista, ensayista y novelista, consiguió movilizar con palabras serenas a los centenares de personas que padecen las consecuencias de la violencia generalizada en el país.
"Estamos hasta la madre de ustedes, políticos porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación y han sido incapaces de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad", señala Sicilia en una carta pública.
Más fosas comunes
Mientras tanto, las fuerzas de seguridad encontraron una fosa común con 59 cadáveres, en el norteño estado de Tamaulipas, cerca de la frontera con Estados Unidos.
Los cuerpos recuperados fueron enviados a un laboratorio forense para ser analizados mientras las autoridades investigan la desaparición de varios autobuses en el área, el 25 de marzo.
La oficina de la Fiscalía estatal informó que están tratando de determinar si la fosa contenía los cadáveres de los pasajeros. Once sospechosos fueron detenidos durante la investigación.
