En el marco de la clausura de la XXVIII Conferencia Internacional para el Control de Drogas se dio a conocer la denominada "Declaración México" que contiene ocho puntos, entre ellos: promover el diseño y puesta en marcha de estrategias globales y regionales contra el crimen organizado, impulsar operativos coordinados, diseñar mecanismos para combatir eficazmente el tráfico ilegal de armas y el lavado de dinero y capacitar a policías poniendo especial énfasis en la protección de los derechos humanos.
Ante delegados internacionales, el presidente mexicano, Felipe Calderón, cuestionó las incongruencias que en las políticas públicas se evidencian tanto para combatir el tráfico de drogas como para atacar el trasiego de armas.
“Debe haber también una política de control en el mercado de las armas. Pretender controlar el tráfico de drogas y, al mismo tiempo, no controlar, liberar y, en el caso de algunos grupos, promover abiertamente los intereses de la industria armamentista, constituye uno de los mayores obstáculos, una de las mayores incongruencias, y de las más nocivas”, declaró Calderón, invitando a los países a combatir el consumo de drogas.
Por su parte Michele Leonhart, administradora de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), señaló que para México ha sido muy alto el precio de combatir a los narcotraficantes
Propuso la implementación de una estrategia global que funcione como "fuerza de tarea" y se dedique a coordinar investigaciones regionales para combatir las rutas emergentes de la droga
En tanto, el subsecretario de Estado adjunto de la Oficina Asuntos Internacionales de Procuración de Justicia y Narcotráfico de Estados Unidos, William R. Brownfield, consideró que México ha tocado fondo en la crisis provocada por el combate a las estructuras de la delincuencia organizada, pero aclaró que los resultados se verán hasta dentro de un par de años.
Finalmente, el aún embajador estadounidense, Carlos Pascual, señaló que las compañías estadounidenses que se quieran establecer en México pueden operar con seguridad, pues el índice delictivo en algunas partes es incluso inferior al de Estados Unidos. Señaló que la violencia en el país no es generalizada.