El Papa Benedicto XVI dio inicio este sábado a sus actividades pastorales en México con la celebración de una misa de carácter privado en compañía de su séquito y monjas de la congregación en una capilla del Colegio Miraflores, donde se hospeda en la ciudad de León, en el estado de Guanajuato.
El séquito del Sumo Pontífice está compuesto por alrededor de 24 colaboradores, entre cardenales, obispos, sacerdotes y personal de seguridad.
Durante su segundo día de visita a México, el Papa recibirá las llaves de las ciudades de Guanajuato y de León además de sostener una reunión privada con el presidente mexicano, Felipe Calderón, en la histórica Casa del Conde Rull.
Benedicto XVI llegó a México la víspera hacia las 4:12 de la tarde (hora local), en vuelo de la aerolínea Alitalia, y tras tocar suelo mexicano recibió un cálido recibimiento popular.
Junto a las escaleras de descenso del avión, lo esperaban el presidente Calderón, la primera dama Margarita Zabala, el nuncio apostólico, Christope Pierre, cardenales, obispos y legisladores mexicanos, además de una gran multitud que lo ovacionó exclamando su nombre.
Tras brindarle honores de Jefe de Estado, el presidente Calderón le dio la bienvenida: “Lo recibe, Su Santidad, un pueblo que ha sufrido mucho”, afirmó el mandatario al reiterarle que “su visita nos llena de alegría en momentos de gran tribulación”.
El mandatario le recordó al Papa que estaba en el segundo país con más católicos en todo el mundo, le recomendó que disfrutara los olores, los colores y los sabores de México y le reiteró que “su visita alentará el esfuerzo de los mexicanos y reconfortará su alma”.
“Es proverbial el fervor del pueblo mexicano con el sucesor de San Pedro que lo tiene en este lugar”, declaró el máximo representante de la Iglesia católica durante su discurso y también agradeció a Dios por haberle permitido pisar suelo mexicano y aseguró que rezará por quienes sufren a causa de la violencia en ese país.
"Señor Presidente, pediré al señor y a la virgen de Guadalupe por este pueblo, y rezaré por quienes más lo necesitan, por los que sufren de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia", dijo el Sumo Pontífice.
El Papa recibió el cariño de los mexicanos, saludó a muchos de los presentes, bendijo niños y enfermos y al son de mariachis que cantaban a la Virgen de Guadalupe, abordó el “papamóvil” para recorrer 34 kilómetros hasta el Colegio Miraflores, adonde llegó hacia las seis de la tarde rodeado de un fuerte operativo de seguridad.
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El domingo 25, a las 10:00 de la mañana, Benedicto XVI hará otro recorrido, en este caso rumbo al Parque Bicentenario, al pie del Cerro del Cubilete, donde presidirá una magna misa, a la que han confirmado su asistencia los tres principales candidatos a la presidencia de México.
El gobernador de la entidad Juan Manuel Molina dijo que se espera la visita de más de 700.000 personas y 1..600 periodistas. “Ya estamos listos para la recepción y la despedida de Benedicto XVI”.
Los lugares que visitará el Papa han sido blindados por personal de seguridad. El secretario de gobernación, Alejandro Poiré señaló que se ha preparado un operativo integral.
Esta visita ha generado diversas expectativas entre ellas que el Papa abogue por las víctimas de la violencia en el país, aunque ha causado polémica el hecho de que no se reúna con las víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes.
En medio de esto, varias páginas de internet del gobierno de Guanajuato fueron deshabilitadas durante algunos minutos por activistas cibernéticos del grupo Anonymous, en protesta por la visita del papa, los hackers anunciaron una serie de acciones que integran la operación “Fariseo”.