Carlos Mesa, candidato a la presidencia de Bolivia en los comicios del próximo domingo con posibilidades de imponerse a Evo Morales, que busca la reelección, sumó el apoyo de sectores de izquierda y derecha, mientras aumenta la presión para que Óscar Ortiz, tercero en los sondeos, dimita en favor de la unidad opositora.
“Puede ser que este no sea mi favorito (Carlos Mesa), pero voy a votar por él, porque ya no lo quiero a Evo”, afirmó el empresario Branko Marinkovic, el último de los líderes de la derecha en sumarse al entente para derrotar a Morales.
Marinkovic está asilado desde 2010 en Brasil, tras ser señalado por el gobierno de Morales de empujar a la próspera región de Santa Cruz (este) en planes federalistas.
En la otra alforja, el izquierdista Juan del Granado, exalcalde de La Paz y antiguo aliado político de Morales, también respaldó a Mesa. “Voy a pedir a la gente que vote por Carlos Mesa”, señaló a los medios.
Mesa ya obtuvo el apoyo del empresario de centroderecha Samuel Doria Medina, y el último fin de semana sumó el del expresidente de derecha Jorge Quiroga, incansable promotor de una campaña internacional contra el venezolano Nicolás Maduro, junto a su colega colombiano Andrés Pastrana.
“En Bolivia la decisión este 20 de octubre es existencial, llegó la hora de escoger: democracia o autocracia, soberanía popular o tiranía Masista (en alusión al MAS, partido de Morales), República boliviana o Madurolandia (en referencia a Maduro), libertad o dictadura, Carlos Mesa o Evo Morales”, aseveró Quiroga en un spot de televisión.
En el abanico político de oposición también figuran otras personalidades. Los exdefensores del Pueblo Rolando Villena y Waldo Albarracín, actual rector de la universidad estatal de La Paz, ambos articuladores del Conade, un colectivo de defensa de la democracia que se opone frontalmente a Morales.
Unidad y presiones a Ortiz
Historiador, periodista y exgobernante de 66 años, Mesa marcha segundo en todos los sondeos de opinión, detrás de Morales, en el poder desde 2006 y con la aspiración de ser reelegido por cinco años más, para el periodo 2020-2025.
Desde un referendo en febrero de 2016 que rechazó una nueva candidatura de Morales, la oposición ha reclamado insistentemente un candidato único para vencer al mandatario izquierdista, leal amigo de Venezuela y Cuba.
Sin alianzas efectivas, la oposición se metió al proceso electoral con dos candidatos visibles: Mesa y el senador opositor Oscar Ortiz, pero causando una evidente dispersión del voto.
Ello favoreció de manera implícita a Morales, quien según los vaticinios podría vencer en primera vuelta, aunque no se descarta un balotaje.
Con ese panorama, la variopinta oposición brega contra viento y marea para derrotar a Morales y un sector lanzó una campaña para presionar a Ortiz a que decline su candidatura en favor de Mesa.
Ortiz viene sufriendo críticas incluso desde sus propias filas por no sumarse a la fórmula para derrotar a Morales, y este martes, cuatro parlamentarias que inegran una alianza entre figuras de su partido y del empresario Doria Medina pidieron que desista de su postulación.
“Llamamos a la unidad del pueblo boliviano mediante el voto consciente, el voto útil por el único candidato que tiene la posibilidad de ser el próximo presidente de Bolivia, que es Carlos Mesa”, dijo la diputada Fernanda San Martín, junto a sus colegas Lourdes Millares, Claudia Mallón y Micaela Nina.
Ortiz de manera anticipada rechazó renunciar y mantiene su campaña, aunque en una lejana tercera posición.
Las elecciones generales del domingo 20 servirán para elegir al presidente, vicepresidente y renovar la totalidad de escaños en las cámaras de Diputados (130) y Senadores (36).