De la otra orilla del río de la Plata, Vargas Llosa contempla Buenos Aires, que a pocos días de la inauguración de la Feria del Libro, le espera y le desespera.
Acordes o no con sus ideas políticas y su presencia en la capital argentina, le espera como una ciudad abierta al mundo de los libros, según cita su lema. Y eso es algo que Vargas Llosa sabe hacer como demostró en su discurso ‘Elogio de la lectura y la ficción’: “Recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes”.
Leer “es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”, confiesa, y ese es el entusiasmo que el público espera que le transmita a su llegada a Buenos Aires.
Vargas Llosa impulsa la lectura, de la que rememora que “convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura”.
Tras su paso por Chile y Uruguay, el literato llegará a su último destino del Río de la Plata para encontrar una ciudad plagada por su mayor tesoro: los libros.