No habrá “luna de miel” después de las elecciones para el nuevo presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, con un país al borde de la recesión y un desempleo que bordea el 22%.
Amigos y asesores describen a Rajoy como una persona introvertida y que nunca dice lo que está pensando, lo cual hace difícil para muchos españoles y para la comunidad Europea evaluar sus planes para transformar la economía española.
Mariano Rajoy, es un abogado gallego de 56 años, casado, con dos hijos y quien trabajó como registrador de tierras antes de entrar a la política local, quien se describe a sí mismo como perfeccionista, introvertido y muy prudente, es jurista, como su padre y sus hermanos.
El líder del Partido Popular (PP) ocupó distintos cargos públicos hasta llegar a ministro de varias carteras cuando José María Aznar llegó al poder en 1996.
En el 2000 volvió a triunfar Aznar, quien prometió cumplir dos mandatos y no repetir. Fue entonces cuando Rajoy se convirtió en vicepresidente, tras ocupar otras carteras como Interior, Educación o Administraciones Públicas.
Aznar también dejó el camino limpio para que su amigo Rajoy se convirtiera en su sucesor pese a que todos los sondeos lo describían como un personaje sin atracción ni carisma político.
Los sondeos tenían razón y la imagen de Rajoy, de buena persona pero sin personalidad política persistió y explicó en parte sus derrotas en 2004 y 2008, cuando perdió dos elecciones generales por la presidencia del gobierno español ante los socialistas y en particular ante el ahora saliente presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.
Después de 30 años en el mundo de la política y por primera vez, Rajoy dejó atrás a sus rivales y proclamarse como presidente electo en una gran elección para el PP. En parte también por la posición de fuerza que le ofreció la crisis económica que afecta a España de forma particular.
Como católico moderado, Rajoy podría intentar derribar la nueva ley del aborto, que permite interrumpir el embarazo a menores sin consentimiento paterno, y la de las bodas entre homosexuales, una de las medidas aprobadas por Zapatero y que el PP ha recurrido ante el Tribunal Constitucional.
El nuevo presidente de España también es un amante de los deportes, particularmente del ciclismo y el fútbol, pero más importante aún es su buena relación con la presidenta de Alemania, Angela Merkel, a quien tendrá que convencer de su capacidad para liderar la salida a la crisis económica del país y su restablecimiento como potencia en la “zona euro”.