El cubano-estadounidense Marco Rubio, uno de los ocho senadores que elaboran un proyecto de ley para reformar el sistema de inmigración de Estados Unidos, aseguró que no se regalará “nada a nadie”.
El joven legislador republicano dijo en distintos medios de comunicación, este domingo, que la propuesta que elabora junto a un grupo bipartidista no será una amnistía como muchos demócratas han anunciado, sino que más bien, quienes hayan ingresado al país sin permiso tendrán que pagar severas sanciones antes de adquirir un estatus legal.
"No hemos concedido nada a nadie. Lo único que estamos haciendo es dar a las personas la oportunidad de que con el tiempo puedan acceder a nuestro nuevo sistema legal de inmigración, mejorado y modernizado", dijo el senador Rubio, de Florida.
Rubió sostuvo que entre otras consecuencias que deberán enfrentar quienes opten por legalizar su situación en Estados Unidos, está la de someter a los inmigrantes a un "riguroso programa de investigación de antecedentes" y a pagar multas y costos para recibir un permiso que les permita "trabajar, viajar y pagar impuestos".
Aun así, la ciudadanía no llegará de la noche a la mañana. El legislador dijo que luego de unos diez años, y mientras se mantienen con una especie de permiso temporal, este grupo de inmigrantes podrá solicitar sus documentos de inmigración legal y años después emprender el camino a la ciudadanía.
Otros legisladores conversadores dejaron ver que existen todavía algunos puntos que deben acordar con sus pares demócratas, pero que esperan presentar la propuesta este martes.
Pero Rubio se mantiene firme a su dura propuesta, incluso amenazó con retirarse de las negociaciones si los demócratas dosifican las sanciones que él propone para los más de 11 millones de indocumentados que esperan por una reforma migratoria en Estados Unidos.
El joven legislador republicano dijo en distintos medios de comunicación, este domingo, que la propuesta que elabora junto a un grupo bipartidista no será una amnistía como muchos demócratas han anunciado, sino que más bien, quienes hayan ingresado al país sin permiso tendrán que pagar severas sanciones antes de adquirir un estatus legal.
"No hemos concedido nada a nadie. Lo único que estamos haciendo es dar a las personas la oportunidad de que con el tiempo puedan acceder a nuestro nuevo sistema legal de inmigración, mejorado y modernizado", dijo el senador Rubio, de Florida.
Rubió sostuvo que entre otras consecuencias que deberán enfrentar quienes opten por legalizar su situación en Estados Unidos, está la de someter a los inmigrantes a un "riguroso programa de investigación de antecedentes" y a pagar multas y costos para recibir un permiso que les permita "trabajar, viajar y pagar impuestos".
Aun así, la ciudadanía no llegará de la noche a la mañana. El legislador dijo que luego de unos diez años, y mientras se mantienen con una especie de permiso temporal, este grupo de inmigrantes podrá solicitar sus documentos de inmigración legal y años después emprender el camino a la ciudadanía.
Otros legisladores conversadores dejaron ver que existen todavía algunos puntos que deben acordar con sus pares demócratas, pero que esperan presentar la propuesta este martes.
Pero Rubio se mantiene firme a su dura propuesta, incluso amenazó con retirarse de las negociaciones si los demócratas dosifican las sanciones que él propone para los más de 11 millones de indocumentados que esperan por una reforma migratoria en Estados Unidos.