Los ministros de la Unión Europea respaldaron el viernes la reducción de la dependencia económica del bloque respecto a China, pero ahora tendrán que encontrar la forma de hacerla realidad, dijo el responsable de Política Exterior, Josep Borrell.
"Los colegas acogieron favorablemente el documento que presentamos. Están de acuerdo en las líneas básicas de este reajuste de nuestra estrategia respecto a China", declaró Borrell a la prensa tras su reunión en Estocolmo.
"Cuando una dependencia es demasiado grande, es un riesgo", declaró.
Borrell dijo que la UE tenía que aprender del "error estratégico" que cometió en los años anteriores a la guerra de Moscú en Ucrania de depender demasiado del gas ruso.
En su opinión, la UE depende hoy aún más de China para tecnologías clave como los paneles solares y para materiales críticos que de la energía rusa.
"'De-risking' es sólo una palabra. Pero detrás de esta palabra hay mucho trabajo que llevará tiempo, para revisar todas nuestras relaciones económicas con China", dijo.
Borrell subrayó que el objetivo no es "desacoplar" las economías europea y china, sino reequilibrar la relación.
El ministro lituano de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis, advirtió que, aunque la UE no quiera desvincularse económicamente de China, debe estar preparada para ese escenario.
"Alguien tiene que prever la posibilidad de que se produzca una desvinculación, no porque lo deseemos, como con Rusia, no porque lo queramos, sino porque la situación, por ejemplo en el estrecho de Taiwán, ha cambiado por la fuerza", dijo.
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