La Liga Árabe rechazó el domingo el reconocimiento de Estados Unidos al control israelí sobre los Altos del Golán y otras políticas de la administración de Donald Trump vistas como sesgadas hacia Israel.
En una cumbre anual, los líderes árabes también reiteraron su compromiso de resolver el conflicto basado en la Iniciativa de Paz Árabe de 2002, en la cual reconocerían a Israel a cambio de un retiro completo de los Altos del Golán, así como de Jerusalén oriental y Cisjordania, tierras ocupadas tras la guerra de 1967.
La cumbre de este año se celebró en Túnez en medio de las guerras civiles de Siria y Yemen, el conflicto en Libia y el boicot a Qatar realizado por cuatro países.
Tanto el presidente de Argelia Abdelaziz Bouteflika como el de Sudán, Omar al-Bashir, faltaron debido a olas de protestas en sus países.
Frente común
Los participantes _22 miembros, menos Siria_ presentaron un frente común contra las políticas de Trump, como el reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán y el traslado del año pasado de la embajada estadounidense a Jerusalén.
Una de las pocas cosas que han unido a la Liga Árabe en los últimos 50 años es el rechazo a la ocupación israelí de los Altos del Golán, así como a Jerusalén oriental y Cisjordania, territorios capturados por Israel en la guerra de 1967 y que los palestinos quieren para su futuro estado.
En su declaración final después de la cumbre de un día, los líderes afirmaron que el Golán, una meseta estratégica que una vez se usó para bombardear el norte de Israel, es “territorio ocupado de Siria”.
En la inauguración de la cumbre, el rey Salman dijo que Arabia Saudita “rechaza absolutamente cualquier medida que socave la soberanía de Siria sobre los Altos del Golán” y apoya la creación de un estado palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén oriental como su capital.
Añadió que la intromisión de Irán era la culpable de la inestabilidad en la región. Riad y Teherán son dos fuerzas rivales atrapadas en una pugna en las guerras de Yemen y Siria, y respaldan a grupos opositores en Líbano, Bahréin e Irak.
El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul-Gheit, dijo que Irán y Turquía “empeoraron algunas crisis y crearon nuevos problemas”, y pidió a los líderes árabes que “se unan como una sola fuerza bajo un paraguas contra las intervenciones regionales”.
Invitados especiales
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, asistió a la reunión, junto con la jefa de política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, y el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki.
Guterres reiteró el apoyo internacional a un estado israelí y palestino “que viva lado a lado en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, y con Jerusalén como capital de ambos estados”.
“No hay un plan B: sin dos estados, no hay otra solución”, dijo.
La comunidad internacional, incluido Estados Unidos, compartía en gran medida que Jerusalén oriental fuera la capital de un futuro estado palestino hasta el año pasado que Trump decidió abandonar dicha política y trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén y reconocer la anexión de Israel de la meseta estratégica del Golán a principios de este mes.
Esto se debe en parte a que las potencias regionales, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, han establecido estrechos lazos con la administración Trump, considerándola un aliado clave contra su principal rival, Irán.
También se esperaba que la Liga Árabe considerara la readmisión de Siria, un miembro fundador que fue expulsado en los primeros días del levantamiento de 2011 contra el presidente Bashar Assad, pero no hubo mención al respecto en el documento final.