En un discurso ampliamente esperado el viernes, el líder de Hizbulá, Hassan Nasrallah, buscó presentar a su grupo extremista como un vigoroso defensor de los militantes de Hamás que luchan en Gaza sin arrastrar a su propio país, Líbano, a una guerra a gran escala con Israel.
Nasrallah negó cualquier responsabilidad por el ataque del 7 de octubre que causó la muerte de 1.400 personas en Israel. También descartó cualquier participación del grupo militante chií en la planeación de la incursión perpetrada por Hamás en suelo israelí.
Nasrallah aseguró que la operación "fue 100 % de origen palestino" y dijo que responsabilizaba directamente a Estados Unidos por la guerra resultante en la que han muerto miles de palestinos.
Nasrallah no anunció su intención de entrar en la guerra, como algunos analistas temían, argumentando que tras un intercambio de cohetes y fuego de artillería de una semana de duración con Israel, Hizbulá ya había entrado en la guerra. Dijo que una mayor escalada en el frente libanés era una posibilidad realista, pero los analistas señalaron que no describió pasos concretos que tomaría Hizbulá.
Tanto Hizbulá como Hamás cuentan con el respaldo de Irán y se han comprometido a destruir Israel. Estados Unidos y la Unión Europea han designado a ambos grupos como organizaciones terroristas.
Analistas dijeron a la Voz de América que Nasrallah parecía haber medido sus comentarios, tomando en consideración que el Líbano no podría soportar una destrucción masiva como está sucediendo en Gaza porque ya se está tambaleando por una crisis económica acuciante.
Respecto al frente libanés en la frontera norte de Israel, manifestó: “todas las opciones están abiertas para nosotros y las estudiamos todas. Debemos estar preparados para todas las opciones que puedan surgir en el futuro".
La analista libanesa Dania Koleilat Khatib dijo a la VOA que Hizbulá estaba jugando una guerra psicológica con Israel al mantenerlo adivinando sobre los próximos movimientos.
Nasrallah "quiere tres cosas: mantener a las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) ocupadas, confundidas y asustadas", dijo Khatib, presidenta del Centro de Investigación para la Cooperación y la Construcción de la Paz en Beirut.
“La gente esperaba que él dijera si vamos (Hizbulá) a entrar o no en la guerra. En cambio, dijo que ya hemos entrado en la guerra. Haremos más. Creo que el propósito de este discurso fue aumentar la confusión entre los israelíes”, aseguró Khatib.
La experta añadió que lo más importante fue que Nasrallah instó a la necesidad de un alto el fuego en Gaza para evitar una guerra en toda la región.
Nasrallah dijo que Hizbulá “considera que ya está en guerra, no sólo en términos absolutos, sino de manera muy concreta desde el 8 de octubre”, según Rita Sassine y Anthony Samrani, al escribir en el periódico libanés L’Orient Le Jour.
Hizbulá ha estado involucrado en ataques de represalia en la frontera norte de Israel con cohetes, misiles y drones cargados de explosivos, con una escalada gradual en ambos lados. Hizbulá dijo que lanzó 19 ataques simultáneos contra posiciones israelíes en el norte del país el jueves, y anteriormente dijo que era el mayor ataque en más de tres semanas de combates.
Sassine y Samrani también señalaron el anuncio oficial de Hizbulá de la “muerte de cada uno de sus mártires porque quiere resaltar que no se mantiene al margen de los combates, sino que ya está participando activamente para obligar a Israel a concentrar la atención, parte de sus fuerzas y recursos en su frontera norte”.
Señalaron que Hizbulá había anunciado la muerte de casi 55 combatientes "en un período de tiempo relativamente corto".
Nasrallah también instó a los estados árabes con relaciones diplomáticas con Israel a enviar a los enviados israelíes a casa, detener el comercio y cortar todas las demás relaciones. Minimizó la presencia de dos portaaviones estadounidenses que han sido desplegados en la región para disuadir a Hizbulá e Irán de escalar el conflicto a una guerra regional.
“No nos asustan. Nunca nos asustaron en el pasado”, declaró.
Hablando en Israel, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió sobre los peligros de una guerra más amplia, con combates en dos o incluso tres frentes.
Blinken reiteró el apoyo de Estados Unidos a Israel cuando se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pero instó a Tel Aviv a tomar medidas para evitar víctimas civiles a medida que aumenta el número de muertos palestinos.
"Es muy importante, cuando se trata de proteger a los civiles atrapados en el fuego cruzado de Hamás, que se haga todo lo posible para protegerlos y llevar asistencia a quienes la necesitan tan desesperadamente, que no son de ninguna manera responsables por lo que pasó el 7 de octubre", dijo Blinken.
También pidió pausas humanitarias localizadas a medida que empeora la crisis en Gaza. Blinken dijo a los líderes israelíes que “Israel nunca estará solo” y que “tiene el derecho y la obligación de defenderse”.
Pero, dijo el diplomático estadounidense, el fracaso de Israel en proteger a los civiles palestinos favoreció a Hamás y otras organizaciones terroristas. Blinken dijo que habría un aumento sustancial de la ayuda humanitaria a Gaza y del esfuerzo por sacar a los extranjeros de allí.