Una mujer indonesia que estuvo retenida durante dos años como sospechosa en la muerte del hermano del líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, quedó libre el lunes luego de que la fiscalía de Malasia retiró de forma inesperada el cargo de asesinato en su contra.
Siti Aisyah lloró y abrazó a la otra acusada, la vietnamita Doan Thi Huong, antes de abandonar la sala y partir en un auto de la embajada. Según contó a reporteros, se había enterado de su liberación el lunes por la mañana.
“Me siento muy feliz”, dijo más tarde en una conferencia de prensa en la embajada de Indonesia. “No esperaba que hoy fuese el día de mi liberación”.
Las dos jóvenes estaban acusadas de restregar la neurotoxina VX en la cara de Kim Jong Nam, que es hermano por parte de padre del líder norcoreano, en una terminal del aeropuerto el 13 de febrero de 2017. Las mujeres dijeron que pensaban que estaban participando en una broma para un programa de televisión. Son las únicas detenidas luego de que cuatro sospechosos norcoreanos huyesen del país la misma mañana del asesinato.
El juez del Tribunal Supremo retiró el cargo a Aisyah sin absolverla luego de que la fiscalía solicitó la retirada de la acusación de asesinato. Se desconoce qué motivó la decisión.
El juicio se reanudará el jueves, cuando se espera que la fiscalía responda a una petición de los abogados de Huong para que también le sea retirado el cargo.
El gobierno de Indonesia dijo que su continua labor de cabildeo en el más alto nivel resultó en la liberación de Aisyah. Ella fue “engañada y no se dio cuenta de que estaba siendo manipulada por la inteligencia norcoreana”, dijo el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
Aisyah, una trabajadora migrante, creyó que estaba participando en un programa de telerrealidad y nunca tuvo intención de matar a Kim, añadió la nota.
El fiscal, Iskandar Ahmad, dijo que la retirada del cargo no equivale a la absolución y que significa que Aisyah puede volver a ser acusada si hay nuevas pruebas, pero agregó que por el momento no hay planes para hacerlo.
Un magistrado del Tribunal Supremo dijo el pasado agosto que había encontrado pruebas suficientes para inferir que Aisyah, Huong y los cuatro norcoreanos desaparecidos formaron parte de una “conspiración bien planeada” para matar a Kim Jong Nam. Estaba previsto que la fase de la defensa del juicio comenzase en enero, pero se demoró hasta el lunes.