Venezuela podría experimentar un ligero crecimiento en sus finanzas gracias al aumento de los precios del petróleo y a que ha encontrado vías para esquivar las sanciones impuestas por Estados Unidos, seguran economistas.
"El motor del crecimiento de la economía venezolana, en este momento, es el petróleo, como lo ha sido siempre", dijo a VOA Ángel Alvarado, fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), exdiputado opositor.
"La gran pregunta es si ese crecimiento, que se podría generar este año, y en nuestra opinión, es del 4%, puede ser sostenible e inclusivo a lo largo del tiempo", dijo Alvarado. A su juicio, ese 4% "está lejos" de lo que hace falta para volver a los niveles de ingresos recibidos en 2012.
Para Alvarado "estamos en medio de un boom" en los precios del crudo, que superan los 80 dólares por barril, en contraste con la drástica caída experimentada en 2020 por la pandemia. "Por supuesto, eso va llenando las cuentas fiscales, cierra las brechas fiscales", explicó.
Luis Oliveros, profesor universitario, apuntó que Venezuela no ha podido aprovechar al máximo este fenómeno "básicamente por dos razones: primero, por una caída muy grande en la producción petrolera, y en segundo lugar, porque buena parte o la totalidad de las exportaciones petroleras las vende con unos descuentos brutales; que pueden ser de 20, 30 y hasta 50 por ciento".
Esas rebajas deben ser aplicadas para poder llevar el hidrocarburo a otros continentes, pues desde 2019, el Departamento del Tesoro de EE.UU. prohibió a empresas y ciudadanos estadounidenses hacer negocios con PDVSA.
"Una vez que Maduro entiende cómo se evaden las sanciones, conquista nuevos mercados en Asia, como Singapur, Malasia, China. Básicamente, sustituye a Estados Unidos por Asia y aprende a evadir sanciones", dijo Alvarado.
Mientras que el profesor Luis Oliveros añadió que el gobierno de Nicolás Maduro "está recibiendo mucha ayuda de varios países que también han sido sancionados".
"Le están haciendo recomendaciones a Venezuela, asesoría de dónde colocar ese petróleo y cómo colocarlo", dijo.
La nación sudamericana produjo en 2020 un promedio de 557.000 barriles diarios (b/d) de crudo, según la OPEP, lo que representó el volumen más bajo desde 1943. Sin embargo, en octubre de este año ha logrado levantarse y generar unos 700.000 b/d. Aunque es un golpe de oxígeno, sigue siendo insuficiente para hacer despegar una economía que suma ocho años en recesión. Durante ese tiempo, Venezuela ha perdido más de 80% de su riqueza, de acuerdo con el OVF.
En este sentido, el ministro de petróleo, Tareck El Aissami, prometió, en entrevista con Bloomberg, llevar la producción de crudo a 1,5 millones b/d para finales de 2021, una meta que deberá sortear otro obstáculo: rehabilitar las refinerías, que se han paralizado en repetidas oportunidades en el último lustro, en opinión de expertos, por falta de mantenimiento.
"Hace falta dinero, pero ciertamente, el gobierno sigue trabajando en eso. ¿Pueden lograrlo? Yo creo que sí, el problema es sostener que esas refinerías sigan funcionando. Han tenido comportamientos muy volátiles, cada cierto tiempo tienen que salir de producción, porque ha habido explosiones. Estamos en un equilibrio que no es estable", concluyó Oliveros.
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