Ucrania dijo el martes que atacó depósitos de municiones en la región rusa de Bryansk en un ataque antes del amanecer, y que por primera vez involucró el despliegue de misiles balísticos de largo alcance suministrados por Estados Unidos, según ambas partes.
Las dos partes disputaron la efectividad del ataque, que se produjo dos días después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, revirtiera la política estadounidense y aprobara el uso de misiles de largo alcance cuando la invasión rusa de Ucrania alcanzó la marca de los 1.000 días.
El Ministerio de Defensa ruso dijo en un comunicado que “las fuerzas armadas de Ucrania atacaron anoche una instalación en la región de Briansk” con seis cohetes del Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS) de fabricación estadounidense, pero sus fuerzas derribaron cinco de ellos y dañaron el sexto. Agregó que los fragmentos que cayeron de los cohetes al explotar provocaron un incendio en la instalación militar, pero no hubo víctimas.
El Estado Mayor militar de Ucrania dijo en una publicación en Facebook que sus fuerzas habían “causado daños por fuego” a “almacenes con municiones para el ejército de los ocupantes rusos” en Bryansk, a unos 100 kilómetros de la frontera con Ucrania.
El ataque provocó “12 explosiones secundarias y detonaciones en la zona del objetivo”, según el comunicado, aunque no se especificó si se había utilizado el sistema ATACMS. Sin embargo, un funcionario ucraniano, que habló bajo condición de anonimato para poder hablar sobre las operaciones en curso, confirmó el uso del sistema de armas estadounidense.
El objetivo inicial del sistema de misiles de largo alcance estaba muy lejos de los 300 kilómetros de alcance del proyectil.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, había buscado durante mucho tiempo la aprobación de Estados Unidos para el uso se esas armas y lanzar ataques contra instalaciones militares en el interior de Rusia.
Sin embargo, hasta el domingo, Biden se había resistido por temor a una escalada de tensiones en el conflicto de casi tres años entre Moscú y la alianza militar de la OTAN liderada por Estados Unidos, cuatro de cuyos países miembros tienen frontera con Rusia.
Pero Biden revirtió su posición después de que Corea del Norte envió alrededor de 10.000 tropas a Rusia para luchar junto a las fuerzas de Moscú en la región rusa de Kursk, que Ucrania capturó en agosto y aún mantiene.
Biden dejará el cargo en dos meses y no está claro qué postura podría adoptar el presidente electo Donald Trump. Trump se ha mostrado escéptico respecto de que Estados Unidos siga apoyando militarmente a Ucrania, afirmando que pondría fin a la guerra incluso antes de asumir el cargo, pero no ha ofrecido ningún plan público sobre cómo lo haría.
Ahora que Ucrania tiene la capacidad de disparar misiles de largo alcance a Rusia, el presidente Vladimir Putin firmó el martes una doctrina nuclear revisada que establece que un ataque convencional a Rusia por parte de cualquier nación apoyada por una potencia nuclear se considera un ataque conjunto y podría desencadenar una respuesta nuclear.
Una oportunidad, según el Kremlin
Cuando se le preguntó al portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, si la doctrina revisada se emitió en respuesta a la autorización de misiles de Estados Unidos, dijo que se presentó "de manera oportuna" y que Putin quería que se actualizara para que estuviera "en línea con la situación actual".
En respuesta, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo que Estados Unidos no estaba sorprendido por el anuncio de Rusia de que estaba actualizando su doctrina nuclear, ya que había estado dando señales de su intención de hacerlo durante varias semanas. El portavoz dijo que Estados Unidos no ve la necesidad de cambiar su postura.
“Esto es más de la misma retórica irresponsable de Rusia, que hemos visto durante los últimos dos años”, dijo el portavoz.
Van 1.000 días de guerra
Rusia y Ucrania emitieron declaraciones sobre el día 1.000 de la guerra, y ambos prometieron que continuarían luchando entre sí.
El Kremlin afirmó que el apoyo occidental a Kiev no tendría ningún impacto en la campaña militar.
"La operación militar contra Kiev continúa", afirmó Peskov, añadiendo que la ayuda occidental "no puede afectar el resultado de nuestra operación. Ésta continúa y será completada".
Ucrania, por su parte, afirmó que seguirá resistiendo la invasión rusa, que comenzó en febrero de 2022.
"Ucrania nunca se someterá a los ocupantes, y los militares rusos serán castigados por violar el derecho internacional", afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.
[Contiene información de Reuters y de AP]
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