La elección presidencial en Venezuela es de tal complejidad política que se ha convertido en una especie de moneda al aire para analistas y firmas consultoras a la hora de pronosticar enfáticamente quién ganará: si el chavismo seguirá en el poder por 6 años más o si habrá un quiebre electoral que abra camino a una transición liderada ahora por la oposición.
La oposición, con su candidato unitario Edmundo González Urrutia, lidera la mayoría de las encuestas de empresas con trayectoria, pero esos apuntes sociales no son suficientes para que especialistas independientes y consultoras den por sentado que el antichavismo ganará la elección.
La “incertidumbre” está a la orden del día en las horas previas a la votación, explica el politólogo Pablo Andrés Quintero.
“La oposición tiene toda la capacidad de ganar la elección, así como el chavismo tiene toda la capacidad de revertir la distancia electoral que le lleva González Urrutia”, moviendo su maquinaria y usando “recursos” para acortar la brecha, comenta a la Voz de América.
“Es un gobierno que va a optar por todos los mecanismos disponibles para ganar la elección y buscar la legitimidad correspondiente, pero también la oposición tiene la posibilidad de votar masivamente” y provocar un cambio por elecciones, insiste.
El titular del más reciente artículo sobre la votación del profesor y analista estadounidense David Smilde, especializado en sociología y relaciones humanas, refleja cuán complejo son los escenarios: “todo puede pasar en la elección presidencial de Venezuela”.
En su documento, subraya que tanto chavismo como oposición dicen tener las cifras a su favor y “ninguno de los dos está necesariamente fuera de lugar”, según su reflexión.
Habla de la maquinaria electoral con el uso y “abuso” de recursos oficiales por parte del gobierno, mencionando “violaciones” en el proceso electoral, y considera que muchas de las encuestadoras que dan ventaja al candidato opositor han sobredimensionado el voto antichavista desde 2017 y se han equivocado en sus predicciones.
Smilde, sin embargo, rescata las masivas manifestaciones opositoras a lo largo del país y expresa sorpresa de que hace un año se daba por descontado que el chavismo mantendría el poder en una elección clave, con una población “exhausta” de los asuntos políticos y con una oposición “pobremente posicionada” para ganar una votación.
Hoy, Venezuela marcha hacia una elección que, aunque distante de ser libre y justa, a su juicio, “luce competitiva” y con escenarios de opción para la coalición opositora.
Es evitable el triunfo de Maduro
Una de las principales empresas globales de análisis cuantitativo y previsiones sobre economía y gobernanza, Oxford Economics, considera que el escenario base es que Maduro “retenga el poder”, si bien para ganar la elección podría tener que actuar “más despóticamente”, incluyendo una “falsificación de resultados”.
Oxford Economics, sin embargo, tampoco descarta un triunfo opositor.
“La continuidad del liderazgo de Maduro no es inevitable” y es posible contemplar un escenario de transición del poder, toda vez que González Urrutia puntea las encuestas, dice la firma en su informe sobre los escenarios políticos y económicos de Venezuela.
“Una transición democrática o un acuerdo de poder compartido traería un alivio de las sanciones (económicas extranjeras) y un repunte económico”, señala la consultora, que resalta que la transformación institucional puede ser “un punto conflictivo”.
“Las elecciones ofrecen las mayores posibilidades de cambio de régimen en los últimos años”, reflexiona Oxford Economics, antes de enfatizar en que espera que Maduro mantenga el poder y continúe las políticas que llevaron al país a su condición actual.
“El control de Maduro sobre el poder parece demasiado fuerte y sus incentivos son demasiado débiles para permitir una transición rápida y pacífica”, advierte.
Un panel de expertos comentó durante esta semana un foro de la Universidad El Bosque, de Colombia, resaltó que la votación presidencial de este domingo ocurre en una Venezuela que se encuentran en “una autocracia electoral” desde principios de siglo.
Alimentar la idea de que el voto aún debe promoverse como herramienta de “esperanza” para influir sobre los asuntos nacionales es más determinante que decir quién gana, según Delsy Hernández Sánchez, doctora en ciencias políticas de la Universidad Central de Venezuela y jefa del departamento de Estudios Políticos de la Universidad Metropolitana.
Sólo una alta participación del electorado venezolano ayudará a que los actores políticos involucrados entiendan “la gran encuesta” del domingo y actúen en consecuencia, respetando los resultados, como han prometido, indicó en su intervención.
“Mientras exista una gran encuesta y convenza a todos los actores, esos márgenes (de diferencia entre candidatos) no se hagan pequeños y que la abstención no sea la que mande, tengan por seguro que todos los fantasmas que podemos estar tejiendo desaparecerán”, expresó.
Según sondeos de firmas creíbles, más de la mitad de los votantes inscritos ha expresado su voluntad de participar en el proceso. Son más de 21 millones de electores registrados, pero más de 4 millones de ellos están fuera del país y no podrán ejercer su derecho al voto.
¿La clave del domingo? Hernández Sánchez recordó las promesas de los dos candidatos que puntean los sondeos: “tener confianza en nuestro sistema electoral”.
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