Enlaces para accesibilidad

Ligia Urroz, escritora: “la dictadura en Nicaragua es una noria de dolor”


ARCHIVO - La escritora nicaragüense Ligia Urroz Argüello.
ARCHIVO - La escritora nicaragüense Ligia Urroz Argüello.

La escritora nicaragüense Ligia Urroz creció visitando con sus padres a Anastasio Somoza Debayle, hasta que salió del país por la guerra. Ahora vuelve a esos años con una novela sobre la caída del entonces dictador, pero no puede regresar porque también denuncia la represión de Daniel Ortega.

Ligia Urroz Argüello (Managua, 1968) intercala acento nicaragüense y mexicano. “Para mí son como la vida misma. Salí de Nicaragua y llegué a México, mi lengua materna es la nicaragüense y eso no se pierde, pero uno va siendo de los lugares donde va pisando”.

En los 11 años que vivió en su país natal visitaba con sus padres al dictador Anastasio Somoza Debayle, amigo de la familia. Para ella era como un tío.

Economista con estudios en México, Londres o Barcelona, pasó del sector financiero a la literatura. “La Muralla” (2009, 2017) es “una novela de migración y de perder la patria”. “El color púrpura”, “Persépolis” y “La vida de Adéle” (2018) es un ensayo de literatura comparada con perspectiva de género.

“Pero si me metí a la escritura fue para escribir ‘Somoza’ (Planeta, 2021), porque es auto ficción. Yo lo conocí de primera mano, viví muchas anécdotas de Nicaragua con él. Era una cosa que necesitaba escribir”.

“Somoza” volvió en el reciente Festival Centroamérica Cuenta, celebrado en Madrid. La novela reconstruye el operativo del comando que mató al ya exdictador en Paraguay y rememora el fin de su gobierno en la mirada de esa niña que lo visitaba hasta que se exilió con su familia.

“Creo que la guerra no la debe de mirar nadie, mucho menos unos ojos niños. Cuando llegué a México a los 11 años ya no era una niña”.

Perder la inocencia

Ligia Urroz recuerda cómo las balas pasaron de las noticias a su casa. Con los tiroteos de fondo, varios guerrilleros sandinistas irrumpieron buscando armas. Uno de ellos, adolescente, entró en el cuarto donde estaban los niños.

“Nosotros hacíamos una fila recargando la espalda en la pared como un pequeño pelotón de fusilamiento”, recuerda la autora en el libro. Se miraron por un momento, tres días después vio cómo calcinaban el cadáver de ese guerrillero en la puerta de su casa, y a las dos semanas ya estaba en México.

“Un cambio de vida tan extremo conduce a aferrarte a lo que tenías antes. Te cuelgas de tus memorias ¿o te colgás de tus memorias? Añoras y vives en ellos ¿o añorás y vivís en ellos? Es todo tan simbiótico. Soy una. Formada por muchas. La que habla en mexicano, pero que en automático puede cambiar al nicaragüense”, reflexiona en sus páginas.

Solo hasta que llegó a México empezó a escuchar que a Somoza lo llamaban “dictador”, pero entonces no entendía. “Ese señor conmigo era amoroso, querido. Era otra persona diferente a la que yo conocí, entonces esa inocencia la querés rescatar. Saber qué fue lo que pasó entre la persona que conociste y cómo te das cuenta de que lo que vos mirabas no era la foto perfecta de lo que estaba ocurriendo”.

Ese fue su impulso. “Yo empiezo a escribir la novela porque me hierve la sangre. Tenía que armar ese rompecabezas de la Ligia chica, que cuenta sus anécdotas con el dictador, y la Ligia adulta, que reflexiona y se da cuenta de que hay un gap entre lo que yo vi y lo que la gente opinaba”.

Somoza y Ortega

“Yo no pude volver a Nicaragua hasta 30 años después”, cuenta. Y pasaron casi 10 más para que le sucediera lo mismo. “Estamos en un segundo exilio. Soy una voz que se manifiesta contra la dictadura y si veo que están cometiendo terribles delitos contra los derechos humanos no me voy a quedar callada”.

Este mes publicó el artículo “La dictadura Ortega-Murillo destruye la cultura más allá de sus fronteras”, en la revista Letras Libres, en el que denuncia la censura contra el sector.

La novela sobre Somoza estaba lista a principios de 2018, pero en abril comenzaron las protestas y la represión en Nicaragua.

“Se estaba replicando el mismo patrón de una persona sedienta de poder que no lo quiere dejar y dije no, aquí también tengo que hablar acerca de la nueva dictadura, de cómo es una noria de dolor que se repite. Seguimos matándonos entre hermanos y es importante que aprendamos de la historia”.

Nicaragua: Conmemoran a las víctimas de la violencia a 4 años del estallido social
please wait

No media source currently available

0:00 0:02:27 0:00

“En la primavera de 2018 el presidente de Nicaragua mandó paramilitares a matar”, recuerda. “Ahora están los presos políticos adentro [de la cárcel] del Chipote. No pueden hablar ni siquiera con sus familias y esa es para mí otra forma de asesinar. Asesinar la cultura, asesinar las ideas y asesinar la libertad”.

Un exilio propio

Esa postura cerró su círculo de tener que salir del país, regresar y ahora no poder volver a hacerlo. “El exilio al principio fue forzado. Yo no tenía poder de decisión. Es muy distinto a 30 o 35 años después, cuando presenté La Muralla, que fue recibida con mucha calidez”, recuerda mientras mantiene la añoranza del migrante.

“Quiero volver a Nicaragua, volver a ver a mi gente, volver a llevar mi literatura, y ahora no se puede. Este segundo exilio es frustrante, como de rabia, como de coraje”.

Ligia Urroz, no obstante, reconoce el privilegio de su caso: “Ese exilio cuando uno quiere cambiar porque a lo mejor las condiciones económicas o sociales no están bien, pero tienes la libertad de ir y venir”.

Aunque no siempre pudo volver a Nicaragua, ahora vive entre México y España. “Para mí ha sido muy productivo, muy rico, porque aprendés de las demás culturas, te llenás de muchas cosas”.

Como ella, fuera de Nicaragua están otros escritores como el expresidente Sergio Ramírez o Gioconda Belli, ambos con pasado sandinista que enfrentaron al somocismo y que después se distanciaron de Ortega.

“Sergio también vivió un doble exilio, primero con Somoza y ahora otra vez. Ya está en la última parte de su vida y no sabe cuándo va a poder regresar. Yo tengo la esperanza de volver en los próximos años”.

¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.

XS
SM
MD
LG