Después de cuatro años en prisión, de ser absuelta de asesinato y de mantener a los medios del mundo en suspenso sobre su futuro, la estudiante estadounidense Amanda Knox hizo su primera aparición pública desde su llegada a su ciudad natal Seattle en el estado de Washington.
Knox, que se convirtió en una figura mediática tras ser acusada de asesinato en Italia, salió de su aislamiento social para comprar un cepillo de dientes y una barra de chocolates. El acto fue seguido con escrutinio por los medios y muestra que la vida de la estudiante estadounidense está volviendo a la normalidad.
Irónicamente, una de las últimas acciones de Knox en la prisión Capanne en Perugia, Italia, fue realizar unos de los rituales que los prisioneros hacen al salir: quebrar el cepillo de dientes por la mitad para luego botarlo.
La incursión de Knox a la luz pública se dio a medida que se presentan más detalles sobre su encarcelamiento. En una entrevista a la cadena estadounidense ABC, la hermana de Knox, Deanna, dijo que Amanda fue acosada sexualmente durante su detención.
Deanna afirmó que en una ocasión un guardia ingresó a la celda de su hermana para hablarle de sexo. Mientras que en otra oportunidad, agregó que un policía de alto rango citó a Knox por la noche en su oficina para hacerle comentarios sexuales.
Sin embargo, no todas son malas noticas para la familia Knox. Ofertas no le faltan para lograr un acuerdo valorado en millones de dólares para escribir un libro sobre su historia. La estadounidense podría dar su versión de los hechos para esclarecer las dudas que todavía genera el caso.
