El papa Juan Pablo II murió el 2 de abril de 2005, a los 84 años, dejando atrás un legado que, sin lugar a dudas, perdurará en la historia.
Tras haber visitado más países que cualquier otro de sus predecesores durante sus 26 años de papado, Juan Pablo II se había ganado la admiración y el respeto, no sólo de los fieles católicos, si no de líderes mundiales y del público en general y eso quedó plasmado en la masiva afluencia a su funeral.
Aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, con su carisma y su domino de varios idiomas, Juan Pablo II logró comunicarse con los fieles de todo el mundo de una forma que otros Papas no lo habían logrado.
Quienes tuvimos la oportunidad de estar en el Vaticano en esa ocasión, podemos, sin lugar a dudas, dar fe de lo arraigado que estaba en todo el mundo el papa de origen polaco, cuyo nombre era Karol Wojtyla.
Al cubrir el funeral del Papa como enviado de la Voz de América, desde el Vaticano, tuve la oportunidad de ver cómo los millones de personas de todo el mundo que se dieron cita allí realmente estaban, de alguna manera, conmovidas por la partida de Juan Pablo II.
Desde los cánticos de Santo Súbito en la Plaza de San Pedro, exhortando a su canonización, hasta las interminables filas de feligreses que aguardaban las 24 horas del día durante una semana para brindar sus respetos al Santo Padre, el funeral de Juan Pablo II fue una experiencia conmovedora también para quienes estábamos allí para cumplir con una tarea periodística.
Era como si toda esa enorme multitud estuviera armada de la paciencia que a menudo no se ve en las grandes concentraciones de público. Desde niños y jóvenes, hasta adultos y ancianos, todos los que allí estaban compartían algo en común, el pesar por la pérdida del Papa.
Voluntarios repartían botellas de agua a la multitud, como una forma de hacer algo más llevadera la larga espera de 8 y hasta 12 horas aguardando para entrar a la basílica de San Pedro, donde yacía el féretro de Juan Pablo II.
Como periodista, tuve la oportunidad de cubrir tres visitas pastorales del Papa Juan Pablo II. Dos que hizo a Uruguay, una en 1987 y otra en 1988 y la visita a Estados Unidos en 1999 en St. Louis, Missouri. En esas tres ocasiones puede observar el mismo fervor de los feligreses que, años después, vine a ver en su funeral en el Vaticano.
Tuve la oportunidad única de llevar a los oyentes de la Voz de América, en vivo, desde la Plaza de San Pedro, las instancias del histórico momento cuando se anunciaba la elección de Benedicto XVI como sucesor de Juan Pablo II.
Seis años después de su muerte, a un ritmo mucho más apresurado que lo común, el pedido ferviente de aquella multitud, de que Juan Pablo II fuera canonizado, está más cerca de cumplirse.
Es así que este 1 de mayo, Juan Pablo II será beatificado por el Papa Benedicto XVI, en lo que es el paso previo a la canonización. Y en pleno siglo XXI, los admiradores de Juan Pablo II tienen otra forma de seguir su proceso de beatificación, a través de la página de Facebook.