El 10 de octubre, el Kremlin retiró a su embajador en Estados Unidos, Anatoly Antonov, un diplomático veterano que dirigió la misión rusa durante los últimos siete años.
Antonov abandonó Washington al día siguiente después de decirle a Newsweek que EEUU debería tomar en serio las amenazas del presidente Vladimir Putin de una respuesta nuclear a cambio de seguir apoyando a Ucrania.
Apenas tres días antes, el superior de Antonov, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, comentó a Newsweek que Estados Unidos y los aliados de la OTAN están “jugando con fuego” al ayudar a Ucrania y pueden enfrentarse a “consecuencias peligrosas” por parte de Moscú.
Lavrov también afirmó que las autoridades ucranianas no tienen en cuenta la vida de sus ciudadanos y los obligan a luchar contra Rusia.
“(Los ucranianos) son empujados sin piedad por sus propias autoridades a la guerra para ser masacrados allí”.
Esta afirmación es falsa.
Las encuestas de opinión de varios centros de investigación sociológica, reflejan que una mayoría de los ucranianos apoyan la defensa de su país contra la agresión rusa hasta la victoria.
Según una encuesta de febrero de 2024 del grupo "Rating", más del 60 % de los ucranianos aprueban el trabajo del presidente Volodymyr Zelenskyy, aunque este apoyo ha disminuido desde el 90% al inicio de la guerra. Aproximadamente el 88% de los encuestados confía en la victoria sobre Rusia, y el 45% espera que Ucrania recupere todos los territorios perdidos en 1991.
Una encuesta de la ONG ucraniana "Advanced Legal Initiatives" entre los días 22 y 24 de marzo encontró que la mayoría de los ucranianos considera la "victoria completa" de Ucrania como la forma más aceptable de terminar la guerra.
“Lucharemos hasta la victoria total, hasta la restauración de la integridad territorial dentro de las fronteras de 1991, hasta la adhesión a la UE y la OTAN”, respondió un 61,21% de los ucranianos.
Al mismo tiempo, el 38,79% se inclinó por la opción: “Iniciaremos inmediatamente las negociaciones de paz con un alto el fuego bilateral completo”.
De acuerdo con otra encuesta del Instituto Internacional de Sociología de Kiev, el 81 % de los ucranianos cree que Ucrania, con el apoyo de sus aliados, puede lograr el éxito en la guerra desatada por Rusia. Este sondeo se realizó del 20 de septiembre al 3 de octubre de 2024.
Sin embargo, contrariamente a lo dicho por Lavrov, pruebas recopiladas de forma independiente indican que no es Ucrania, sino Rusia, quien envía sistemáticamente reclutas sin formación y mal equipados a la guerra.
El 10 de octubre, Estados Unidos afirmó que septiembre había sido “el mes más mortífero” para Rusia desde el inicio de la invasión en 2022. Los cálculos estadounidenses apuntan a que Rusia ha sufrido unas 615.000 bajas, con unos 115.000 muertos y 500.000 heridos.
Las pérdidas ucranianas son casi la mitad de las de Rusia. Según estimaciones de EEUU, unos 57.000 ucranianos han muerto y 250.000 han resultado heridos.
Ucrania informó en octubre que más de 664.000 soldados rusos han muerto o resultado heridos desde que comenzó la invasión en 2022.
Fuentes occidentales, incluida la inteligencia de EEUU, sugieren que la mala planificación, las tácticas obsoletas, el entrenamiento desigual de los comandantes y los problemas logísticos son las principales causas de las altas pérdidas rusas. En cambio, las fuerzas ucranianas, que se benefician de la ayuda militar occidental y el apoyo local, están mejor organizadas, lo que contribuye a sus menores tasas de bajas.
En diciembre de 2023, Reuters, citando a una fuente oficial estadounidense, informó que las altas "pérdidas son la razón por la que Rusia ha relajado los estándares de reclutamiento para el despliegue en Ucrania".
Varias fuentes, incluidas la inteligencia occidental y entrevistas con soldados rusos, sugieren que las fuerzas de Moscú están mal entrenadas, mal equipadas y son enviadas al combate con poco apoyo.
Otra diferencia clave se refleja en los esfuerzos del gobierno ucraniano por intercambiar rápidamente prisioneros con Rusia, priorizando la vida de sus ciudadanos. En cambio, Moscú a menudo retrasa o rechaza estos intercambios.
En mayo de 2024, la viceministra de Justicia ucraniana, Elena Vysotska, informó que Ucrania está construyendo nuevos campos para prisioneros de guerra rusos, ya que las tres instituciones existentes se están quedando sin espacio, y Rusia no tiene prisa por traer a sus soldados de regreso.
En septiembre de 2024, el comandante de las fuerzas especiales chechenas y subdirector de la Dirección General Político-Militar del ejército ruso, Apti Alaudinov, declaró que no rescataría a los soldados chechenos que se rindieron durante la ofensiva de Ucrania en la región de Kursk.
Según afirmó, sólo aquellos capturados con heridas graves merecen ayuda, mientras que quienes se rindieron sin resistencia "no merecen vivir".
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