El helicóptero en el que viajaba el difunto presidente de Irán, Ebrahim Raisi, se incendió poco después de estrellarse contra una montaña y no había indicios de que hubiera sido atacado, reportó la prensa estatal citando a investigadores militares.
El comunicado del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, encargado de las pesquisas del siniestro, fue leído en la televisora estatal el jueves en la noche. La primera declaración sobre el accidente no identificaba a culpables, pero dijo que se ofrecerían más detalles tras una investigación más exhaustiva.
Raisi, el ministro de Exteriores de Irán y otras seis personas fallecieron en el accidente del domingo.
El Estado Mayor dijo en su nota que las comunicaciones entre la torre de control y la tripulación del helicóptero antes del choque no contenían nada sospechoso. La última comunicación entre el aparato y los dos helicópteros que lo acompañaban se produjo unos 90 segundos antes del accidente, apuntó.
No había indicios de que se hubiese disparado nada contra la aeronave y su trayectoria de vuelo no cambió, añadió el comunicado.
El viejo helicóptero Bell se estrelló el domingo, en medio de la niebla, en una remota zona de montaña en el noroeste del país. El lugar del siniestro se descubrió el lunes en la mañana, y los ocho ocupantes estaban muertos.
Raisi fue enterrado el jueves en una tumba en el santuario del imán Reza en Mashhad.
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