Dos explosiones en la ciudad iraní de Kerman a comienzos de enero mataron a casi 100 personas e hirieron a otras más de 280, incluidos niños. Los ataques tuvieron como objetivo a los dolientes reunidos durante la conmemoración del cuarto aniversario del asesinato en un ataque con drones del general Qasem Soleimani, quien fue comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, en el lugar de su enterramiento.
Inmediatamente después de las explosiones, antes de que alguien se atribuyera la responsabilidad del ataque, altos funcionarios iraníes culparon a Estados Unidos e Israel de atacar la ceremonia en memoria de Soleimani.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, dijo a una multitud en Teherán: “Advierto al régimen sionista, no lo duden, pagarán el precio de este crimen. Estos crímenes que han cometido, [los] lamentarán profundamente”.
El sucesor de Soleimani como jefe de la Fuerza Quds, Esmail Ghaani, dijo: “Verán por el poder de Dios que quien ha fracasado en este campo y saldrá de este campo más deshonrado que hoy es el régimen sionista y la criminal América”.
El subjefe de gabinete de asuntos políticos de Raisi, Mohammad Jamshidi, escribió en una publicación de X:
“Washington dice que Estados Unidos e Israel no tuvieron ningún papel en el ataque terrorista en Kerman, Irán. ¿En serio? Un zorro huele su propia guarida primero. No se equivoquen. La responsabilidad de este crimen recae en los regímenes estadounidense y sionista y el terrorismo es sólo una herramienta”.
El Departamento de Estado de EEUU calificó las acusaciones de Irán de “ridículas” y la Casa Blanca dijo que no había “ningún indicio” de que Israel “estuviera involucrado en absoluto” en los hechos.
Sin embargo, la retórica acusatoria y las amenazas de Irán contra EEUU no hicieron más que acelerarse, hasta el punto que la Casa Blanca ha renovado los servicios de protección para el exsecretario de Estado Mark Pompeo y su asistente, a quienes Irán culpa por el asesinato de Soleimani.
Veinticuatro horas después del ataque en Kerman, el ala mediática del Estado Islámico, Al-Furqan, emitió una declaración en Telegram atribuyéndose responsabilidad por el ataque. El Estado Islámico dijo que dos atacantes suicidas llevaron a cabo el ataque, activando sus chalecos explosivos entre la multitud.
The New York Times informó que el Estado Islámico, un grupo terrorista sunita, considera la eliminación de “musulmanes apóstatas”, incluidos los chiitas, como parte de su misión. Irán, un país de mayoría chiita, está dirigido por un gobierno chiita teocrático.
[El artículo fue originalmente publicado por Polygraph y traducido por Mila Cruz]
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