Insurgentes sunitas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) tomaron el control de una ciudad iraquí en la frontera con Siria, lo que ahora les permite pasar libremente armamento y hombres de un país a otro.
Funcionarios iraquíes confirmaron a la agencia AP que fuerzas del EIIL ocuparon la ciudad fronteriza de Qaim luego de más de un día de intensos combates.
Coincidiendo con el incremento de la ofensiva sunita en el norte del país, combatientes a las órdenes del una vez influyente clérigo chiita Muqtada al Sadr desfilaron con un gran despliegue de armas este sábado en Bagdad y juraron luchar a muerte contra el EIIL.
La víspera, el principal líder espiritual chiita de Irak, el gran ayatolá Ali al-Sistani, pidió instaurar en Irak un gobierno “efectivo” que no repita los “errores del pasado” respecto al conflicto chiita-sunita en el país, atribuidos al actual primer ministro, Nouri al Maliki.
EE.UU. no hizo comentarios sobre las declaraciones del ayatolá, pero el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest dijo que un gobierno iraquí exitoso sería el que gobierne de manera “inclusiva”, es decir, opuesto a políticas sectarias.
Jen Psaki, vocera del Departamento de Estado, indicó que uno de los mensajes más importantes de Washington a los líderes iraquíes es que “es hora de unificarse” frente a la amenaza compartida que ambos grupos religiosos (chiitas y sunitas) encaran.
La agencia de Naciones Unidas para los refugiados informó la víspera que el conflicto sectario en Irak ya ha desplazado de sus hogares a un millón de personas en lo que va de año.
Funcionarios iraquíes confirmaron a la agencia AP que fuerzas del EIIL ocuparon la ciudad fronteriza de Qaim luego de más de un día de intensos combates.
Coincidiendo con el incremento de la ofensiva sunita en el norte del país, combatientes a las órdenes del una vez influyente clérigo chiita Muqtada al Sadr desfilaron con un gran despliegue de armas este sábado en Bagdad y juraron luchar a muerte contra el EIIL.
La víspera, el principal líder espiritual chiita de Irak, el gran ayatolá Ali al-Sistani, pidió instaurar en Irak un gobierno “efectivo” que no repita los “errores del pasado” respecto al conflicto chiita-sunita en el país, atribuidos al actual primer ministro, Nouri al Maliki.
EE.UU. no hizo comentarios sobre las declaraciones del ayatolá, pero el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest dijo que un gobierno iraquí exitoso sería el que gobierne de manera “inclusiva”, es decir, opuesto a políticas sectarias.
Jen Psaki, vocera del Departamento de Estado, indicó que uno de los mensajes más importantes de Washington a los líderes iraquíes es que “es hora de unificarse” frente a la amenaza compartida que ambos grupos religiosos (chiitas y sunitas) encaran.
La agencia de Naciones Unidas para los refugiados informó la víspera que el conflicto sectario en Irak ya ha desplazado de sus hogares a un millón de personas en lo que va de año.