La ciudad de Tikrit fue recuperada por el gobierno iraquí luego de un mes de operaciones que culminaron en la derrota del grupo extremista Estado islámico en el área.
En medio del júbilo, el primer ministro de Irak, Haider-al Abadi, aseguró que el gobierno está “determinado a liberar cada centímetro de tierra iraquí”.
A petición del gobierno de Irak, Estados Unidos respaldó con bombardeos aéreos la ofensiva encabezada por el ejército iraquí.
Versiones oficiales como la del ministro de interior, Mohammed al-Ghaban, sostienen que aún se registran remanentes de algunos extremistas del Estado islámico en algunos vecindarios de Tikrit.
Sin embargo, el triunfo sobre el Estado islámico es considerado por el gobierno iraquí como el mayor logro contra el grupo y un paso clave antes de ingresar a Mosul, la segunda ciudad más grande del país, con el propósito de expulsar a los terroristas.
Mientras tanto en Siria, según activistas de oposición y oficiales palestinos, combatientes del grupo yihadista infiltraron parte del campo de refugiados palestinos de Yarmuk, en las inmediaciones de Damasco.
En un avance separado, grupos rebeldes apoyados por estados árabes y occidentales contrarios al gobierno de Bashar al-Assad capturaron un paso fronterizo con Jordania.
Las avances de grupos en extremos opuestos muestran las presiones que aún enfrenta Assad, que ha tratado de reforzar su control sobre Siria occidental incluyendo la frontera con Jordania e Israel.