Los votantes votaron a favor de subidas del sueldo mínimo y rechazaron incrementos generalizados de impuestos.
En los estados de Arizona, Maine y Colorado, se aprobó con abrumadoras mayorías elevar el salario mínimo a 12 dólares la hora, lejos de los 7,25 dólares la hora que desde hace siete años tiene congelados el Congreso a nivel nacional.
El incremento salarial en el estado de Washington, por su parte, alcanzará los 13,50 dólares la hora.
Los estados de Dakota del Norte, Misuri y Colorado, que llevaron a las urnas un incremento del impuesto al tabaco, fracasaron.
Tan solo los californianos aprobaron un incremento de 2 dólares la cajetilla.
Los ciudadanos del estado de Washington rechazaron con casi el 60%, un impuesto sin precedentes en Estados Unidos que pretendía instaurar un gravamen para las emisiones de dióxido de carbono, una medida inspirada en la vecina Columbia Británica (Canadá) que la implementó en 2008.
En Nueva Jersey, el 78 % los votantes decidieron mantener el monopolio del juego para la decaída Atlantic City con su rechazo a la construcción de dos nuevos casinos en otras ciudades.
Finalmente, más de un 54 % de los californianos se mostraron contrarios a imponer el uso del preservativo en las películas para adultos, una medida con la que la industria pornográfica había amenazado con trasladarse a Florida.