La Iglesia Católica cubana espera más "gestos" por parte del gobierno de Raúl Castro para continuar el diálogo sobre la situación de los presos políticos que permitió el traslado de seis reos a cárceles ubicadas en las ciudades donde residen sus familiares.
El portavoz del Arzobispado de La Habana, Orlando Márquez, dijo que no hay indicios de que estén "estancadas" las negociaciones iniciadas entre la Iglesia y las autoridades comunistas de la isla.
"Nosotros sí seguimos esperando que estos gestos, como aquél primero que se dio, continúen", afirmó Márquez.
El traslado de unos 17 presos a las cárceles próximas a los lugares de residencia de sus familiares fue abordado por Castro en la reunión sostenida con el cardenal Jaime Ortega, avivando esperanzas sobre posibles excarcelaciones de los más enfermos.
"Hasta este momento, hasta el día de hoy, aunque no ha habido ningún otro gesto en relación con el traslado de los presos, no hay nada tampoco que indique que el proceso se ha estancado o que haya concluido", agregó Márquez.
Los seis prisioneros trasladados forman parte de un grupo de 75 opositores encarcelados en el 2003, en un proceso de represión conocido como la Primavera Negra que los condenó a penas de entre 6 y 28 años de cárcel.
Al mismo tiempo, Márquez dijo que las negociaciones con el gobierno cubano sobre los presos políticos es un "proceso abierto, de perspectivas amplias", pero no se han fijado plazos.
"En cualquier momento que se den estos gestos son bienvenidos", expresó Márquez.
La iglesia interviene con el gobierno cubano para que detenga el acoso de sus partidarios contra las Damas de Blanco, un grupo de madres y esposas de los presos políticos que suelen caminar por las calles de La Habana para pedir la libertad de sus familiares.