Al menos 42 personas fallecieron el sábado, incluyendo el director de una rama del servicio de Inteligencia Militar sirio, en dos ataques contra edificios de seguridad en la ciudad de Homs, en el centro del país, según medios estatales y funcionarios.
Una coalición insurgente vinculada a Al Qaeda, conocida como Comité de Liberación del Levante, se atribuyó la autoría de los ataques, que provocaron heridas graves a otra persona de alto cargo.
En un comunicado en su canal de la aplicación de mensajería Telegram, el grupo dijo que cinco atacantes entraron a los dos inmuebles y que explotaron bombas en los puestos de control exteriores, coincidiendo con la llegada de los equipos de rescate, lo que provocó más víctimas.
En total hubo tres detonaciones en las que perdieron la vida más de 42 personas, explicó el gobernador de la provincia de Homs, Talal Barzani, a The Associated Press.
Los atacantes llevaban cinturones suicidas que hicieron estallar en las oficinas, agregó. Los dos edificios están a dos kilómetros (1,2 millas) de distancia.
El general Hassan Daeboul, director de la rama local del servicio de Inteligencia Militar, fue asesinado por uno de los suicidas, dijo la agencia estatal de noticias SANA.
Según la televisora estatal e Ikhbariya TV, afiliada a Damasco, el brigadier Ibrahim Darwish, director del otro ente en la ciudad, resultó herido de gravedad.
De acuerdo con Ikhbariya TV, al menos seis asaltantes atacaron los dos complejos de seguridad en los vecindarios de al-Ghouta y al-Mahata, enfrentándose a agentes de seguridad antes de que, al menos dos de ellos, detonaron sus chalecos explosivos, matando a 42 personas.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo con sede en Gran Bretaña que monitorea la guerra siria, reportó al menos 42 funcionarios de seguridad fallecidos en los dos incidentes.
Las distintas cifras de víctimas mortales no pudieron confrontarse de inmediato, pero estas diferencias son habituales tras ataques violentos en Siria.
Las fuerzas de seguridad sirias gestionan una vasta red de inteligencia que en su mayoría no rinde cuentas ante la jerarquía militar y judicial.
Estos grupos están implicados en algunos de los delitos más oscuros en los seis años de guerra civil en el país, incluyendo detenciones masivas, tortura, asesinatos extrajudiciales y disparos contra manifestantes.
El grupo de derechos humanos Amnistía Internacional reportó en febrero que entre 5.000 y 13.000 personas murieron en ahorcamientos masivos regulares en la prisión militar de Saydnaya, en Damasco, entre 2011 y 2015.
Cifras que se dan según unas investigaciones forenses y entrevistas con funcionarios de seguridad y personal judicial.
Las filiales locales de las cuatro principales agencias de seguridad sirias, entre las que están Inteligencia Militar y Seguridad General, enviaban detenidos al penal desde todo el país.