Legisladores chilenos acordaron el viernes convocar a un plebiscito en abril del año próximo para cambiar la Constitución heredada de la dictadura militar a través de una fórmula que será decidida por la ciudadanía.
El acuerdo tiene cuando se cumple casi un mes de intensas movilizaciones que ha cobrado 25 vidas y dejado miles de heridos.
Esta será la primera vez en que se elabore una constitución en democracia. La vigente sólo ha sido reformada, la última vez en 2005.
La consulta preguntará a los ciudadanos si aprueban o rechazan que se escriba una nueva carta magna y qué tipo de órgano debería hacerlo, si una convención mixta de parlamentarios en ejercicio y miembros elegidos para ese fin o una asamblea formada solo por integrantes electos para eso.
El acuerdo fue alcanzado por todos los partidos -excepto el comunista- desde el izquierdista Frente Amplio, hasta los conservadores de la Unión Demócrata Independiente (UDI) cuyo fundador, Jaime Guzmán, fue el principal redactor de la carta magna de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) que abrió el camino al libre mercado y privatizó la salud, la educación y los servicios básicos.
"Los partidos que suscriben este acuerdo vienen a garantizar su compromiso con el restablecimiento de la paz y el orden público en Chile y el total respeto de los derechos humanos y la institucionalidad democrática vigente", dijo el documento, firmado por presidentes de partidos de gobierno y oposición.
El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, aseguró que se trataba de "un momento histórico".
Asociaciones de principales sectores económicos de Chile, como la agricultura y la minería, valoraron el acuerdo político.
Claudia Heiss, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, señaló a la agencia AP que el acuerdo “es un momento de esperanza”, aunque lamentó los muertos en las protestas, la violencia, “para que la clase política haya finalmente recogido esta demanda social”.
El violento estallido social del 18 de octubre derivó en protestas generalizadas en demanda de mejores salarios y pensiones y rebajas en el precio de medicamentos. Con el paso de los días las exigencias se ampliaron al fin de las administradoras privadas de jubilaciones y una nueva constitución escrita por el pueblo.
El actual reglamento chileno no establece cuál es el mecanismo para escribir un texto que lo reemplace ni permite que se convoque a un plebiscito para este fin, por lo que será necesario reformarlo antes de dar marcha a este nuevo proceso constituyente.