Activistas hispanos con carteles que rezaban “los inmigrantes hacen que América sea grande” y gritaban que los inmigrantes son bienvenidos aquí, se sumaron el viernes a una coalición diversa de grupos que salieron a las calles de la capital estadounidense y otras ciudades de Estados Unidos para expresar su descontento con la investidura de Donald Trump.
Grupos judíos, musulmanes, afroestadounidenses y latinos se apostaron muy cerca de uno de los escasos accesos públicos al amplio perímetro de seguridad levantado varias manzanas alrededor de la Casa Blanca con gorras negras que rezaban en inglés "No es mi presidente".
La estudiante de ingeniería civil Brenda Pérez participó en la manifestación porque a su juicio "llegó el momento de que nuestras comunidades se unan para pelear. Trump tiene mucho odio y él no es bienvenido aquí en Washington".
"Queremos que paren las deportaciones y que conserven DACA", dijo la mexicana de 20 años refiriéndose por sus siglas en inglés a un alivio migratorio que el presidente Barack Obama extendió en 2012 a 750.000 inmigrantes traídos sin autorización a Estados Unidos cuando eran niños.
Durante su campaña electoral Trump anticipó que deportaría a 11 millones de inmigrantes sin autorización y anularía el alivio migratorio. También tildó de "criminales" y "violadores" a los inmigrantes mexicanos.
María Alejandra Salas decidió sumarse a la protesta para "dejar en claro que no permitiremos que Trump criminalice a nuestras comunidades".
En Nueva York, una treintena de inmigrantes hispanos se unieron a una concentración organizada por la Federación de Centros de Trabajo de Nueva York frente al Trump International Hotel & Tower para anunciar que seguirán luchando por sus derechos.
"Estamos aquí contra el presidente, que dice que nos va a deportar en lugar de ayudarnos", dijo Sergio Rodríguez, un jornalero mexicano de 45 años que lleva más de una década en Estados Unidos. "Nosotros venimos aquí a trabajar”.
Rossana Rodríguez, codirectora del Laundry Worker Centeer, dijo que se quedará para luchar. “No nos vamos a ningún sitio. Nos quedamos aquí”, sentenció.