El coronavirus ha estremecido al mundo y para la mayoría algo ha quedado claro: ni somos los mismos ni podemos hacer las cosas de siempre. En la ciudad de Nueva York, el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, hispanos consultados cuentan a la Voz de América cómo y cuánto les cambió la vida el COVID-19.
Paciencia, unidad y familia son palabras clave para la mayoría de ellos. También la incertidumbre y el dolor por la pérdida de seres queridos ronda la vida de muchos. Cifras oficiales indican que los hispanos representan alrededor del 29 por ciento de la población de Nueva York.
Un estudio de Pew Research Center, realizado del 7 al 12 de abril, indicó que los hispanos y afroamericanos son los más preocupados por la transmisión del coronavirus en Estados Unidos. La investigación mostró que el 41% de los hispanos temen contagiarse y verse en la necesidad de ser hospitalizados para recibir tratamientos. También les preocupa contagiar a otras personas y el grado de preocupación es proporcional a los ingresos personales, indica el estudio.
Y los datos explican en parte la alarma entre la comunidad hispana en Nueva York. El alcalde de la ciudad Bill de Blasio, reconoció a comienzos de abril que los latinos son los más impactados. "Lo que hemos aprendido es que las muertes debido al COVID-19, en primer lugar, han afectado a la comunidad hispana con el 34 por ciento de las muertes.
Expertos consideran que la preocupación pasa también porque son los latinos, los que en sitios como Nueva York, ocupan puestos esenciales y están más expuestos al contagio mientras trabajan como empleados de supermercados, de ómnibus de transporte público y enfermeros.
Así lo explican hispanos en Nueva York a la VOA
-Inés Marín, es ama de casa y vive con su esposo: "Nos ha cambiado todo. En vez de unirnos nos ha desunido. La familia no se ve. Tuvimos muerte en la familia y ni siquiera pudimos darle un abrazo a nuestro sobrino".
-Elvis Fernández tiene 45 años, vive con su esposa y sus dos hijos y es trabajador de la construcción: "Bueno, esto está ahora mismo caótico. Está muy difícil. Aquí estamos buscando nuestra comidita. ¿A la gente? Que se quede en casa, tranquilos. No salgan hasta que las autoridades nos den luz verde".
-Rudy Jiménez tiene 37 años, es padre de dos hijos y conduce camiones. Está actualmente desempleado: "Creo que (el coronavirus) ha acabado bastante, porque estamos haciendo cosas que antes no hacíamos. Tenemos que hacer fila, tenemos que tener paciencia, y Dios nos está mostrando a nosotros a través de esto que tenemos que ser humildes, porque mira, esto se lo llevo a una señora que vive al lado de mi casa", dice mostrando alimentos dentro de una bolsa de papel. "Ella ya no puede salir, pero quizás esto le ayudará bastante".
-Mariano Rivera tiene 56 años, vive con su esposa y es mecánico de camiones. Ahora trabaja media jornada diaria: "Ha cambiado la unión de la gente. Hay más conciencia, no se ven tantos problemas en la calle ya, la gente está más unida que antes. Se ayudan más los unos a los otros ahora".